Norma Guevara de Ramirios.21 de Febrero. Tomado de Diario Co Latino.
(Primera parte)
De acuerdo a la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), nuestro país en el año 2007 tenía 47.5% de personas viviendo bajo la línea de pobreza, y la relación de ingreso entre un quintil y otro (tramos de 20% ordenados según sus ingresos), era de 16.3%. Ese par de datos simplemente indican la alta desigualdad de ingresos existente en nuestro país, base objetiva de la enorme insatisfacción de mayorías y de alta concentración de ingresos en pocas familias. Los impuestos en todo país, están para redistribuir y mitigar la desigualdad existente mediante políticas sociales y económicas orientadas a la justicia a favor de las familias desfavorecidas.
La CEPAL y LATINOBARÓMETRO, han auscultado la comparación entre indicadores reales de la economía y la equidad, con la opinión optimista o pesimista de la población. Afirman sin ambages que, “en los países de la región en donde hay mayor inequidad social predomina el pesimismo económico, mientras que en los países con menor inequidad se registra un mayor optimismo económico”. En nuestro país ahora, el gobierno del cambio busca incentivar algo más que el estado de ánimo, busca crear condiciones para dinamizar la economía incluyendo como sujetos activos y productivos a las personas del campo, a las pequeñas y medianas empresas, y busca además, que se incremente la inversión pública para cerrar la brecha entre las familias que viven en una condición de marginalidad.
La respuesta de la cúpula empresarial a los empeños del gobierno es una prédica constante de desanimo e intento de desacreditar las acciones gubernamentales; la campaña más reciente iniciada desde la primera semana de Enero, es contra el esfuerzo de discutir posibles reformas fiscales en el marco de un pacto fiscal que en el pasado coincidían en señalar como necesario, pero que llegada la hora, a lo más que llegan es a pedir aumento de la tasa del IVA. Si se discuten impuestos directos como la renta, simplemente critican, la señalan como incorrecta, asustan a otros y crean un estado de opinión pública adverso para bloquear cualquier intento.
El IVA y cualquier impuesto indirecto, lo pagamos todos a la hora de comprar cualquier cosa, la renta la deben pagar especialmente quienes tienen un salario, o quienes tienen utilidades importantes por la actividad económica que realizan. La estructura tributaria salvadoreña es regresiva; esto significa que el peso mayor de los tributos proviene de impuestos indirectos y que el aporte de los tributos directos (Renta por ejemplo), es considerablemente menor. Sigue siendo un reto hacer más progresivo y equitativo nuestro sistema tributario para que quienes tengan mayor capacidad económica contribuyan más.
En el año 2010, el impuesto del IVA representó 55% de los ingresos tributarios; el impuesto sobre la renta aportó 29%, los aranceles el 5%, los impuestos específicos otro 4%, los especiales y otros aportaron en conjunto 7%. Todos los ingresos tributarios juntos representan menos del 13% del Producto Interno Bruto, mientras que en Costa Rica es superior al 15% y en Chile supera el 18%. A lo largo de la historia nuestro país ha estado por debajo del promedio latinoamericano en cuanto a la presión tributaria.
El Estado está obligado a garantizar servicios esenciales a la población, además contribuir con condiciones físicas, jurídicas y culturales a posibilitar un entorno que facilite a los particulares y a las empresas el desarrollo de sus iniciativas productivas; se demanda de población culta y educada, sana; se requieren carreteras, puertos, aeropuertos, disponibilidad de energía, seguridad, acceso a la justicia en los diferentes campos y cada actividad requiere soporte financiero. Por eso es que un pacto fiscal supone la identificación y cuantificación de las necesidades y apuestas de una sociedad en un momento determinado y la definición de la forma de financiarlas.
La cúpula de ANEP, la Cámara de Comercio y otros voceros de la tradicional derecha económica se niegan a discutir un pacto fiscal, no quieren ser parte de la determinación de necesidades y fuentes de financiamiento porque en el pasado prefirieron la privatización de los activos del Estado y el endeudamiento; la deuda se torna delicada de manejar, es un mecanismo siempre necesaria pero querer que la se enfrenten los impactos de la crisis económica internacional y se estimule la inversión a puro préstamo sin hacer esfuerzos de contribución propia de la sociedad es injusto. Algo se debe hacer en el campo fiscal para disminuir la brecha de la inequidad existente; los empresarios más inteligentes y responsables deben ver así la relación entre fiscalidad y desarrollo, por eso países que más invierten logran desarrollo social, este a su vez garantiza crecimiento económico.
(Continuará)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.