Romeo Ramos.23 de Octubre. Tomado de La Prensa Gráfica.
Diferentes son las explicaciones que se conocen sobre el porqué las instituciones educativas de nivel básico y medio en El Salvador terminan el año lectivo en el periodo comprendido entre el final del mes de octubre y el inicio de noviembre: se dice que históricamente era para que los “cipotes” fueran a cortar el café, ahora que curricularmente los programas ya están diseñados así para poder descansar y recuperar energías.
En el momento histórico actual el punto de importancia no es el porqué de las vacaciones de fin de año escolar, sino el provecho que se debe obtener de ese tiempo que los niños, las niñas y los jóvenes van a estar en casa, aproximadamente tres meses. Indispensable para esto es el cambio de actitud que debe de haber por parte de padres y madres hacia el hecho de más tiempo en el seno familiar.
En los pasillos de colegios y escuelas se escuchan exclamaciones como “comen más en vacaciones”, “molestan más cuando no van a estudiar”, “en vacaciones quién los aguanta”... Lo que debe hacerse es superar esta postura ya que el problema debe ser percibido, analizado y resuelto positivamente.
Es válido inscribir y enviar a los hijos a algún curso sobre determinada área complementaria para la educación formal: computación, inglés, deportes, arte, etc. Estas opciones son importantes ya que aprenden algo nuevo, desarrollan sus potenciales, los vuelven competencias, puede ser productivo. Mas, esto tampoco es lo central, el punto es que padres y madres mejoren la relación con sus hijos y fortalezcan sus vínculos. Para esto es importante en principio a manera de introspección revisar lo que no ha estado bien, lo que ha faltado. A partir de esto se puede llegar a conclusiones: 1) El hecho de que la responsabilidad de los resultados escolares es compartida entre estudiante y padres. 2) Nada ni nadie es tan importante para el buen desarrollo emocional e intelectual de los infantes y jóvenes como el debido acompañamiento de los padres y madres.
Entonces la pregunta es: ¿qué hacer? He aquí algunas sugerencias: iniciar o reforzar las relaciones basadas en la calidad de tiempo, esto implica que no importa tanto la cantidad (aunque mientras más tiempo se convive con los hijos, mejor), sino la forma plena en que se vive, es decir, desconectado de otros temas, vivir de verdad la experiencia.
Tampoco es correcto dar a los hijos y las hijas todos aquellos objetos o experiencias que el consumismo actual ofrece como “diversiones sanas”. Esto puede traer consecuencias negativas a futuro. En primer lugar esperar siempre una recompensa material; y si no hay eso, no realiza lo que le corresponde, y en segundo lugar se forma la concepción errada de que el papel de padres y madres se reduce a proveer y complacer todos sus caprichos.
Esto es una forma utilitarista de entender el rol de los progenitores, desde esta óptica muchos terminan en el otoño de su existencia cuidando nietos, cuando realmente no les corresponde hacerlo.
Hay que ser libre con ellos en estas vacaciones, como se es con los mejores amigos, hay que escuchar, dialogar, discutir, jugar, no poner reglas asfixiantes, pero sobre todo disfrutar, reír, expresarles el afecto con palabras y gestos.
Muchos de los buenos recuerdos que después como adulto se guardan de la infancia se vivieron en las vacaciones. Felices vacaciones de fin de año escolar para todos y todas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.