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2010/10/23

LPG-El principio de la cola pateada

Escrito por Francisco Serrano.23 de Octubre. Tomado de La Prensa Gráfica.

fserrano7@gmail.com

Percibimos el aflictivo y creciente caos existente en El Salvador a través de su alta tasa de criminalidad y violencia, un irrespeto a las leyes y las autoridades, y una creciente pobreza y escasez de recursos naturales y oportunidades. Proponemos como soluciones penas más duras, más leyes, más cárceles y constantes reformas. Pero posiblemente ninguna de estas propuestas esté atacando una raíz mayor del problema –algo muy probable en un país que gusta más de atacar efectos que causas.

Hay pistas que sugieren causas más de fondo: Notamos que salvadoreños en el extranjero no botan basura en las calles, pero acá la tiran con desdén y sin titubeo. Distorsionamos nuestra Carta Magna (Constitución) llenándola de todo tipo de asunto trivial para que un hecho sea “anticonstitucional”, cuando la Carta Magna debiese ser primordialmente un planteamiento de los principios que rigen nuestro desenvolvimiento moral, ético, humano, social, económico y ambiental.

¿Cómo es posible que en nuestro país haya tanta piratería abierta, tanta evasión de impuestos, tanta impunidad en accidentes de tránsito, tanto bus agresivo, tanta basura en las calles, tanto humo en el aire, tanta usurpación de tierras, tanta cacería en áreas naturales, tanto daño a nuestro patrimonio cultural e histórico, e incluso tanto desprecio por la vida misma? ¿Cómo es posible que tanto salvadoreño cambie como por magia con el simple hecho de cambiar de país? ¿Será que leyes ya hay muchas y una nueva ley es simplemente una más para burlar e incumplir.

¿Será que mayor causa de esto es el mal ejemplo en los niveles más altos? ¿Será que un alto funcionario que robe o dañe patrimonio del Estado, o que realice delito serio esté en cascada rompiendo la fuerza moral de la ley? ¿Será simplista e hipócrita querer implementar las leyes o cobrar más impuestos a niveles bajos y medios cuando no es parejo a los niveles más altos? ¿Sobre todo, será que hemos gravemente distorsionada la percepción general en la población al solo hablar de los policías y funcionarios corruptos, mientras ignoramos tanto policía héroe y funcionario ejemplar que con mucho sacrificio y aun riesgo ayudan tanto al país y a su población?

En caso afirmativo, es probable que un funcionario o alto ejecutivo que comete falta seria, y se esconde y refugie en inmunidades e impunidades en lugar de renunciar a derechos claramente perdidos, le esté causando un daño gigantesco a todo el país, pues pareciese natural que se busque lo mismo a todos los niveles. Y que con decretillos dudosos se quiera luego “perdonar magnánimamente” a infractores, invasores, violadores, evasores, usurpadores e incumplidores para “lavar” conciencia propia más que implantar en nuestras conciencias el respeto por la ley. ¿Cadenas interminables de “colas pateadas”?

Pareciera que nada es más urgente que generar un verdadero sentido de orgullo individual y nacional basado en la ética y el respeto a la ley y al prójimo, a todos los niveles y en particular al nivel más alto. Y que es imprescindible limpiar nuestra Constitución de tanta banalidad y tema secundario.

No hay que buscar chivos expiatorios ni funcionarios santos o perfectos. Una cosa es errar por buscar cambio y mejora, y otra cosa es errar al delinquir con una clara falta de ética y moral. Demostremos simplemente que la ley es sagrada, que quienes tienen más pueden y deben dar ejemplo y que, de hecho, varios ya lo están haciendo.

El principio de la cola pateada

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