Lo que describo es lo que entendí sobre el primer problema que está dispuesto el MINEC a resolvernos: el desorden y la poca transparencia en el mercado del gas licuado.
Escrito por Sandra de Barraza.22 de Octubre. Tomado de La Prensa Gráfica.¡Millonarios subsidios! Nadie desconoce el peso fiscal, el costo social y las implicaciones. Nos cuestan a todos los contribuyentes, especialmente a los asalariados que no tienen forma de quitarse ni un centavo. Su monto es semejante a lo que gastamos en educación. Si el monto de los subsidios se destinara a educación seguramente tendríamos las mejores escuelas y podríamos contratar a los mejores maestros. Su monto compite con el gasto en salud. Con lo que se gasta en subsidios, se abastecería a todo el sistema. Con lo que usted y yo subsidiamos, podríamos financiar las necesidades del MOP para recuperar y mantener la red vial y medio resolver las consecuencias de la permisividad en la construcción y las lotificaciones. ¡Esto y más podríamos financiar con lo que subsidiamos!
El MINEC invitó a una presentación sobre “El Estado Actual del Mercado de Gas Propano” y compartió información sobre “El Plan Integral de Ordenamiento y Transparencia del Gas Licuado”. Lo que seguramente todos sabemos del mercado del gas es que muchas veces hemos llegado a comprar un cilindro de gas de 10, 20, 25 o 35 libras y no hay. Y empieza la caminata buscando y rebuscando un tambo con precio subsidiado por usted y por mí. Las gaseras, dicen, que no las han abastecido y que por eso no hay. Y las gaseras no abastecen, dicen, porque el gobierno no les paga en su momento los $100 millones anuales de subsidio. Actúan igual que los buseros del transporte público. El poder que se les concede y que se toman por asalto y el que administran los que gozan de este tipo de subsidios por ofrecer un producto o un servicio es que pueden torcerle el brazo y el hombro al gobierno. El poder es que pueden hincar a los que les financian los subsidios, los consumidores del gas y los usuarios del transporte. Esta es la realidad y cualquiera dice ¡qué barbaridad! Y todos dicen ¡hay tanto interés de los “grandes” que nada se puede hacer! Pero... no hay nada peor que estarse quejando y no hacer nada.
El mercado del gas propano es negro, oscuro y con muros. Tiene todas las distorsiones a consecuencia de la acción y omisión del Estado. Es un mercado en el que el Estado brilla por los millones que extrae a la ciudadanía vía impuesto para el Fondeo de Estabilización y Fomento Económico (FEFE) y por los millones que sacrifica en un subsidio generalizado y distorsionado. La competencia es inexistente. Es un mercado que fija precios por la composición del producto, con fórmulas que al principio y al final siempre van a beneficiar a los grandes importadores y controladores del mercado. Es un mercado que importa un producto y dice transformarlo en otro para comercializarlo con un precio que se calcula sin transparencia. Es un mercado que sobrefactura los precios, multiplica los beneficios y los concentra. Y es un mercado en el que la composición del producto no es la que se dice sino la que más conviene. Y es un mercado que vende un producto de 10, 20, 25 y 35 libras que pueden ser 8, 18, 22 o 32 libras. En esto nadie sabe lo que compra porque nadie controla. Y con esta realidad, es obligatorio pagar las 10, las 20, las 25 y las 35 libras exactas a los importadores, comercializadores, proveedores y distribuidores. Y ¿quién regula y controla? Es tarea del Estado a través del MINEC.
Lo que describo es lo que entendí sobre el primer problema que está dispuesto el MINEC a resolvernos: el desorden y la poca transparencia en el mercado del gas licuado. Para esto seguramente están dispuestos y tienen que hacer malabarismos. Uno de los invitados hizo un comentario que conviene no olvidar. “No más aseguren que tiene competencia en la punta de la cadena de comercialización”. “No se ocupen de fórmulas y más fórmulas; por más esfuerzo siempre los grandes importadores van a salir ganando”. “No más establezcan adecuados y convenientes controles de calidad y cantidad, esto haría diferencia”. No más asuman su tarea de Estado asegurando competencia y transparencia en el mercado.
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