Alejandro Alle.05 de Octubre. Tomado de El Diario de Hoy.
El Ministerio de Hacienda presentó a la Asamblea el proyecto de ley del presupuesto 2011, el documento que, por encima de cualquier ideología, le permite a quienes administran un Estado moderno estimar los ingresos con que contarán para afrontar los egresos que requiere hacer funcionar el aparato estatal.
Decir que el presupuesto está "equilibrado", tal como se ha escuchado, es una perogrullada: ningún ministro de Hacienda presentará jamás un presupuesto donde los ingresos y los egresos no cuadren, así como ningún contador firmaría nunca un balance donde el Activo no sea igual a la suma del Pasivo más el Patrimonio Neto.
Es decir, no es sorpresa que tanto ingresos como egresos proyectados sumen $4,503.5 millones. Lo relevante pasa por analizar los siguientes aspectos: a) la factibilidad de que los ingresos proyectados puedan ser alcanzados, b) la razonabilidad, medida por su impacto social, de la distribución de los egresos, y c) el nivel de endeudamiento adicional que, eventualmente, se requerirá para cumplir con tal "equilibrio".
En lo que respecta a los ingresos tributarios, resulta ciertamente optimista estimar que el monto de 2011 será de $3,281.3 millones cuando la proyección de cierre de 2010 es de $2,910.4 millones. No parece consistente suponer un incremento de $370.9 millones (12.7%) en la recaudación tributaria cuando en el mismo documento se dice que la economía crecería un módico 2.5%, y que la carga tributaria aumentaría en menos de un punto porcentual del PIB. Amerita revisión.
El problema es que de no lograrse esa recaudación el presupuesto quedaría corto de financiamiento, con la consiguiente necesidad de endeudamiento adicional. Porque "equilibrado" va a tener que terminar siempre.
En lo referente a los egresos, la evidente necesidad de mejorar los resultados en materia de Seguridad Pública y de Defensa Nacional (considerando que el Ejército está colaborando en tareas de seguridad), no parece tener demasiado correlato en los números: Justicia y Seguridad Pública ve reducido su presupuesto de 2011 en $6.9 millones al compararlo con la proyección de cierre de 2010 ($315.7 contra $322.6 millones) y Defensa Nacional se reduce en $0.5 millones ($141.8 millones para 2011, contra $142.3 millones para 2010).
Más aún, esos dos ramos claves recibirán en conjunto apenas un 10.16% del presupuesto, o medido en otros términos, $457.5 millones. Un monto similar al que se malgasta en los desenfocados subsidios de transporte, gas, electricidad, y agua. Dado que se reducirán estos últimos, sería esperable asignar tales fondos a Seguridad.
En el mensaje del ministro de Hacienda se indica que "uno de los objetivos de política fiscal es incrementar de forma gradual los niveles de inversión pública". La eficiencia, más que el monto porcentual, es lo relevante en materia de inversión pública. Asimismo, muchas de tales inversiones bien pudieran ser efectuadas por el sector privado, en esquemas de asociación público-privada a los que acertadamente hizo referencia el propio ministro de Obras Públicas en un reciente reportaje.
Finalmente, tanto el nivel de endeudamiento existente, como la necesidad de un eventual endeudamiento adicional en caso de que los ingresos no "equilibren" los egresos, siempre deben estar bajo observación.
En 2011 los pagos de capital e interés alcanzarán un total de $1,272.6 millones. Más de un 28% del presupuesto. Nada aportan las mutuas acusaciones tribuneras.
La discusión sobre cuál es el porcentaje de la deuda pública con respecto al PIB se termina con papel y lápiz: según el BCR el monto de la deuda pública a agosto de este año era de $11,246 millones (bcr.gob.sv) , y según el presupuesto, el PIB de 2010 terminará siendo de $21,796 millones. La cuenta da 51.6%.
Justamente porque tanto la proporción del presupuesto que significan los pagos de capital e interés, como el porcentaje del PIB que representa la deuda pública son demasiado grandes, queda en evidencia la necesidad de crear, en serio, un adecuado clima de negocios que permita crecer y diluir esas cargas. El Salvador puede hacerlo.
Hasta la próxima.
*Ingeniero. Máster en Economía (ESEADE, Buenos Aires). Columnista de El Diario de Hoy.
alejandro_alle@yahoo.com
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