Ricardo Chacón.24 de Octubre. Tomado de El Diario de Hoy.
Mientras no exista el consenso mínimo de lo que queremos ser como sociedad y plantear, con mediana claridad, cómo nos vemos como país, poco o nada podremos hacer para que la educación sea un proceso que verdaderamente construya un nuevo destino para El Salvador. Así de sencillo.
Y lo digo, no pensando en grandes cuestiones o teorías propias del debate sobre la educación en el mundo moderno (que debe de hacerse tarde o temprano), sino a partir de tres hechos puntuales vividos esta semana: uno, diferentes grupos de jóvenes enfrentados desde temprana edad al vicio y al desenfreno; dos, representantes de las universidades del país se reunieron durante tres días para analizar cuál es el papel de estas instituciones en el presente y futuro de El Salvador, y, tres, el ministerio de Educación ha puesto en marcha la acreditación de los centros educativos privados.
Se trata de hechos totalmente diferentes, sin embargo tienen un común denominador, muestran claramente lo deteriorada que está la educación en el país. De igual manera revela la falta de políticas consistentes, a mediano y largo plazo, que nos permitan profundizar y avanzar para hacer de la educación un eje estratégico no sólo para subirnos en el tren del desarrollo, sino también para que se formen personas de bien que posean los instrumentos necesarios para ocupar un sitio digno en la sociedad y así contribuir a mejorar el país.
El hecho: adolescentes de una escuela, hacen la "coperacha" para comprar bebidas embriagantes y las consumen durante el período de clases, en la mañana, en uno de los salones de clase. No se trata de tomar posturas moralistas y rasgarnos las vestiduras, la cuestión es grave, comenzando con el desmadre que se hace en un salón de clase, en la mañana: ¿Dónde estaba el profesor?, ¿Por qué no tenían clases? ¿Quién supervisa las actividades en los salones? Más preguntas: ¿Por qué se llama a la PNC y no actúan las autoridades del centro educativo? Todavía más: ¿Por qué se llama a los medios de comunicación?
El otro caso: un alto funcionario del actual gobierno, es invitado a "dar luces" sobre el papel de las universidades en el marco de los planes del actual gobierno. Su exposición es improvisada, ni siquiera cumple el tiempo estipulado para ella y, por supuesto, lo que inquieta más es que, el actual plan quinquenal en sus planteamientos medulares ninguna referencia hace a la educación superior. ¿Por qué este olvido?
Para ser equilibrados, tampoco otros sectores de la vida nacional, incluida la empresa privada, por lo menos en sus principales gremiales, tienen una visión estratégica a corto y a mediano plazo sobre la educación universitaria, menos para invertir en ella, incluso para generar planes estratégicos de investigación y desarrollo tecnológico.
Tanto a unos como a otros, "en apariencia", les resulta más fácil importar profesionales y técnicos formados en el exterior o simplemente comprar "conocimiento" en otras latitudes del mundo.
El tercer hecho tiene que ver con la puesta en marcha por Educación de la acreditación de centros educativos privados que, sin duda alguna, es una tarea importante por hacer pero que no toma en cuenta las realidades del país. Tampoco considera necesaria la gradualidad y poco o nada hace para "incentivar" la educación privada que es fundamental en El Salvador ante la ineficiente, insuficiente y deficiente formación pública.
Sí, es importante la acreditación, pero ¿por qué hacerla ahora? ¿Qué ayuda se dará a los centros educativos para que la lleven a cabo?
Simplemente he querido citar tres casos, pero aún hay más, muchos más que muestran la falta de políticas claras y definidas sobre el papel de la educación a mediano y largo plazo.
elsalvador.com :.: Más preguntas que respuestas en Educación
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