Eduardo Torres.23 de Octubre. Tomado de El Diario de Hoy.
En diferentes foros públicos he escuchado a Carlos Alberto Montaner; acá, en Miami, en México, es un sólido intelectual, escritor y periodista. Lo volví a hacer este pasado jueves en la celebración de los 95 años de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador, siendo "Libertad y democracia, bases del desarrollo", el tema de su presentación.
Requisito de las sociedades más prósperas del mundo --las cuales tienen economías abiertas--, señaló, es tener una "visión conjunta", precisamente lo que tanta falta nos hace a los latinoamericanos, con la honrosa excepción de Chile, donde la libertad en su sentido más amplio y la democracia como el menos imperfecto sistema para regir de manera civilizada la conducta de los ciudadanos, eligiendo la mayoría a sus gobernantes, han dejado de ser puntos de discusión. Ojalá fuera así en el resto de nuestra América Latina.
El expositor se fue hasta la Constitución de los Estados Unidos en el Siglo XVIII --con toda la experiencia lograda en el Viejo Continente-- y cómo la construcción del "sueño americano" fue siendo replicada, teniendo como base las libertades individuales, es decir, aquella fe en que es el trabajo duro lo que al final remunera, y la división de poderes, que da lugar a los pesos y contrapesos (check and balances) que señaló Montesquieu.
De aquí surgieron las democracias capitalistas, las sociedades democráticas abiertas. Los "siete mandamientos" de las sociedades prósperas y libres, expresó, son la democracia representativa, la economía de mercado, el pleno respeto de los derechos humanos y civiles, los derechos de propiedad, apego a la ley y rendición de cuentas de los funcionarios, oposición constructiva y alternancia. En pocas palabras, libertades individuales, división de poderes, respeto a la ley y economía de mercado.
En el Siglo XIX, Karl Marx y un pequeño grupo que le apoyaba y/o influenciaba se opusieron a un sistema que mostraba resultados para salir con otro inversamente proporcional, en el cual los "medios de producción" no debían estar en manos de las personas sino del Estado, dejando de ser libre la economía para pasar a ser centralmente planificada. Este fue el llamado "Socialismo real", cuyo abanderada llegó a ser la desaparecida URSS.
En el Siglo XX colisionaron, causando decenas de millones de muertos, enormes sufrimientos y retraso, hasta que en 1989 fue derribado cual castillo de naipes el Muro de Berlín, símbolo del opresivo sistema del mundo comunista. Veinte años después de ese acontecimiento, indicó Montaner, "ninguna sociedad ex comunista ha vuelto al comunismo y son hoy más ricas y más felices". A pesar de malas transiciones de comunistas a capitalismo salvaje.
Surgen entonces las preguntas de los cien millones de dólares: ¿Por qué en América Latina, en vez de alejarnos de estas ideas, se reivindican? ¿No es suficiente con haber visto lo sucedido con Alemania Occidental y con la Oriental, donde la primera tuvo que invertir miles de millones de marcos en infraestructura básica luego de la reunificación? O, ¿qué decir del éxito de Corea del Sur y del descomunal fracaso de Corea del Norte? Cuando ponen como ejemplo el progreso obtenido en China y Vietnam, aseveró, es porque ahí se dejaron de dogmas, abriendo sus economías.
Cerró su presentación el expositor, con que "hay que buscar libertad económica, libertad política y libertad para siempre". O como dijo Goethe, poeta alemán, "sólo es digno de libertad quien sabe conquistarla cada día". Visión conjunta, acuerdos básicos, ello es lo que nuestros países requieren, en un marco de libertad y democracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.