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Manuel Hinds.21 de Septiembre. Tomado de El Diario de Hoy.

Hace tres meses, a fines de junio, escribí un artículo llamado “El Callejón Sin Salida”, en el que hacía ver que la situación del FMLN, que mucha gente veía tomando una posición invencible, era en realidad bastante precaria, y por las mismas razones por las que lo creían invencible.

La supuesta fuente de la irresistible fuerza del FMLN era su doble discurso que iba a convertirse en uno solo en el futuro. La idea era posicionarse al mismo tiempo como partido centrista y radical de izquierda, para lograr subir a la presidencia, para luego eliminar la parte moderada y quedarse con el radicalismo. Esta estrategia estaba fracasando hace tres meses. Lo está haciendo cada vez más.
La estrategia parecía genial, ya que combinaba un plan A y un plan B. El plan A era que si la presidencia de Mauricio Funes era exitosa, el FMLN se apropiaría de sus triunfos y llevaría un candidato radical en 2014, diciendo que si Funes había sido bueno, el de verdad del FMLN sería mejor. El plan B era que si el gobierno de Funes era un fracaso, el FMLN se pasaría a la oposición, echaría la culpa de la falla al hecho que él no era pura sangre, y presentaría un candidato radical como solución al problema. El dinero para mantener campañas permanentes y enormes redes de clientelismo estaba asegurado por el apoyo venezolano; el control territorial para asegurar la represión a nivel local se aseguraría con la asistencia cubana. En los dos escenarios, el FMLN gozaría de las ventajas de ser gobierno y de ser oposición.
Ciertamente que el FMLN ha avanzado en la toma de control territorial. Pero la parte política les ha salido mal. La imagen del gobierno del presidente Funes en las áreas de seguridad y economía ha caído violentamente frente a la ciudadanía. Esto hubiera llamado al plan B, y en realidad el FMLN ha tratado de implementarlo, desligándose del presidente Funes, culpando su fracaso al hecho que él no es un legítimo efemelenista y anunciando que el próximo candidato sería un pura sangre. Pero la pérdida del gobierno de Funes no ha sido ganancia para el FMLN. Se ha presentado una situación que el FMLN no previó. Mientras que los ciudadanos dan cada vez peores calificaciones al gobierno, la popularidad del presidente Funes se ha mantenido alta. Esto no debería ser un problema-para eso está el plan A. El problema no previsto, que es muy alarmante para el FMLN, es que la popularidad del presidente en medio de tanta condena a su gobierno se debe primordialmente a que él se opone públicamente al FMLN y a que rechaza sus idearios radicales y los de sus aliados extranjeros.
El problema del FMLN es que el pueblo no acepta su tiránica y obsoleta ideología, independientemente de si la presenta envuelta en un candidato aparentemente moderado, o como algo a lo que se va a llegar a través de una transición, o en cualquier otra forma. De una situación en la que el FMLN creyó que iba a ganar no importando si el presidente Funes tenía éxito o fracasaba, ha pasado a una en la que va a perder no importando si el presidente tiene éxito o fracaso.
El problema del FMLN se manifiesta en muchas dimensiones, incluyendo las encuestas, que muestran que la popularidad del FMLN, que había escalado niveles arriba del 60 por ciento en los meses inmediatamente después de la elección del presidente Funes, ha caído a sus niveles históricos mientras que la de ARENA ha vuelto a subir a dichos niveles. Para rematar, el presidente Chávez está debilitándose rápidamente, financiera y políticamente, y ya no puede apoyar a sus aliados como lo hacía. Cuba ya entró en una barrena de la que no va a salir.
Que el FMLN ha visto todos estos signos escritos en la pared lo evidencia el hecho que, en contra de lo que consistentemente había dicho por más de un año, hace poco anunció que el partido no estaría cerrado a llevar a otro candidato externo al partido en las próximas elecciones presidenciales. Con esto reconocen que sus ideas no son populares y que con un candidato puro FMLN perderían las elecciones. Quieren volver a aplicar la misma estrategia que ya fracasó con el presidente Funes. Pareciera que están siendo irracionales.
¿Por qué lo hacen? Porque en el fondo hay un plan C, que es el verdadero. Dicho plan es el logro del control territorial que está ya en ejecución. Lo que el FMLN necesita es tiempo para obtener dicho control. Ya una vez obtenido, no hay necesidad de ganar elecciones. No las habría, como en Cuba, o si las hubiera, no valdrían de nada. Es por eso que una estrategia que parece irracional en realidad es racional-mientras más tiempo estén en el poder, no importa cómo, tendrán más tiempo para destruir las instituciones democráticas. La ciudadanía debe entender esta estrategia y no permitir que se ponga en práctica.

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