La presencia de los armados ha logrado disminuir los crímenes en San Salvador y Quezaltepeque. En Soyapango no disminuyen
Karla Argueta. 22 de Septiembre. Tomado de El Diario de Hoy.
Diez meses han transcurrido desde la salida de la Fuerza Armada a las calles para apoyar en las tareas de seguridad pública a la Policía, y las estadísticas oficiales de homicidios reflejan que los resultados han sido levemente favorables en algunas zonas violentas.
Hasta el 16 de septiembre de este año, la Policía registró 2 mil 921 asesinatos, 117 menos que el año pasado.
Entre enero y julio de este año, San Salvador, el primer municipio más violento del país, registró una disminución en la cantidad de asesinatos.
En ese periodo de 2009, 181 habitantes fueron asesinados en la capital, mientras en 2010 la cifra bajó a 164, de acuerdo con las cifras que maneja el departamento de Estadísticas de Medicina Legal.
Los municipios como Apopa, Cuscatancingo y Tonacatepeque, en donde también hay presencia militar, han disminuido entre nueve y 14 asesinatos cada uno.
En Tonacatepeque, donde en febrero de este año seis hombres fueron ultimados al interior del restaurante Tonacatsun, el número de homicidios disminuyó de 50 a 41; mientras que en Apopa, Medicina Legal registró una reducción de 14 asesinatos, respecto a los primeros seis meses del año anterior.
En el departamento de la Libertad, en donde Quezaltepeque, San Juan Opico y Lourdes, Colón, ocupan puestos altos en la lista de zonas con mayores índices de violencia, el primer municipio logró una disminución notoria en los primeros seis meses de este año. De 57 homicidios perpetrados en 2009, bajó a 23 este año.
En el interior del país, Santa Ana también ha experimentado una baja en los asesinatos. No obstante, sigue siendo el tercer municipio con la mayor tasa de asesinatos.
Los soldados iniciaron los patrullajes el 6 de noviembre de 2009 en medio de críticas de organismos de derechos humanos que se oponían, cuando la tasa diaria de homicidios había alcanzado los 16 muertos diarios.
Un total de 2 mil 500 soldados se desplegaron en 28 zonas de los departamentos de Santa Ana, Sonsonate, San Salvador, La Libertad y San Miguel, para apoyar a los 1,500 más que ya dan seguridad junto a la Policía en los Grupos de Tarea Conjunta, pero que habían sido insuficientes para frenar la ola de criminalidad.
El departamento de Estadísticas de Medicina Legal detalló que en la Ciudad Morena entre enero y julio de 2010 ocurrieron 133 homicidios, 32 menos que el año pasado.
En San Miguel, uno de los municipios más golpeado por las extorsiones a empresarios y comerciantes, la incidencia de los patrullajes de la Fuerza Armada apenas se ha traducido en la reducción de un homicidio. De 147 a 146 víctimas.
Gersan Pérez, jefe de la delegación Centro de San Salvador, reconoce que la colaboración del Ejército en las calles y en cinco centros penales ha sido crucial para la disminución de los asesinatos, pero no tarda en agregar que la Policía también ha colaborado con sus capturas.
El 30 de julio pasado, a un mes de haber asumido el control de las cárceles, el ministro de Defensa, David Munguía Payés, aseguró que por medio del decomiso de celulares, chips, droga y objetos prohibidos habían logrado reducir el número de órdenes criminales que salen de las cárceles para extorsionar y asesinar.
En los próximos días, el Ejército también tomará control de los penales de Quezaltepeque, en La Libertad, y Cojutepeque, en el departamento de Cuscatlán.
"El problema es una cuestión de presencia. A la gente le da una sensación de seguridad al ver a un soldado o a un policía en la esquina de su colonia. Es cuestión de presencia, cosa que con nuestros elementos no podemos hacer".
Frente al panorama un poco alentador que viven algunas de las zonas más peligrosas del país, en otras la realidad es diferente.
La otra realidad
Soyapango, una de las ciudades del departamento de San Salvador con mayor densidad de población, subió a 127 asesinatos entre enero y junio de este año, cuando en el mismo lapso de 2009, el número de ultimados fue de 112, 15 homicidios más.
Pérez destaca que Soyapango reúne ciertas características que vuelven complicado el combate de los homicidios. Entre ellas, dijo, en el municipio hay muchas comunidades en las que viven los pandilleros: La Campanera, la 22 de Abril, Ciudad Credisa y Las Margaritas, entre otras.
El panorama es similar en San Juan Opico. El 20 de abril la Policía halló los cadáveres de tres maestros del centro escolar Cantón El Ángel que habían desaparecido un día antes, luego de impartir clases, y unos meses más tarde, cinco hombres fueron asesinados al interior de una casa en el cantón Las Moritas. Además de estas ocho personas, otras 56 fueron asesinadas en el municipio entre enero y junio de 2010. Según Medicina Legal, se registran 19 más que el año pasado.
Ciudad Delgado, Mejicanos y San Martín, en San Salvador, aumentaron el número de homicidios en 10, nueve y 19, respectivamente. El año pasado el primero cerró el periodo entre enero y julio con 58, hoy lo hizo con 68; mientras que en el segundo ocurrieron 61 homicidios en 2009, y en el mismo periodo de 2010 Medicina Legal registró 70. Finalmente, San Martín pasó de 24 a 43 ultimados.
De acuerdo con los datos de la Policía, septiembre ha sido el mes menos violento. Solo en Salvador, Pérez contó seis homicidios hasta el 16 de septiembre y su proyección para el mes fue de 12.
Paradójicamente, los tres días del paro parcial del transporte público, a causa de las amenazas de pandilleros, hace 15 días, favoreció la disminución de los asesinatos, aseguró el jefe de la delegación Centro.
El 15 de septiembre, esa delegación policial sólo registró dos asesinatos. "Poco a poco, los periodistas se van a ir acostumbrando a pocos asesinatos y a buscar otras noticias", aseguró Pérez.
Según la Policía, hasta el 16 de este mes, 123 salvadoreños habían sido ultimados.
El otro periodo menos violento, según Medicina Legal, fue julio con 292. En 2009 los meses menos violentos fueron febrero y noviembre, con 321 y 352, respectivamente.
Población respalda a f.a.
Respecto a las tareas de seguridad pública, Munguía Payés enfatizó el 30 de julio pasado que éstas son "de carácter legal, temporal, y legítima".
El Presidente Mauricio Funes destacó el profesionalismo de los soldados al afirmar que se trata de un "cuerpo militar apto y políticamente adecuado para colaborar con la Policía".
Durante el paro al transporte, la población del Gran Salvador aprobó en un 80 por ciento el trabajo del Ejército, según la encuesta hecha por JBS Opinión Pública para El Diario de Hoy.
Mientras que en el mismo estudio, la opinión de los salvadoreños sobre el rol del gabinete de Seguridad, fue desaprobado por un 78 por ciento de la población.
elsalvador.com :.: Se reducen los homicidios por presencia del Ejército
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