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2010/09/20

Co Latino-¡No se equivoquen con Cuba!, ahí nadie será desamparado | 20 de Septiembre de 2010 | DiarioCoLatino.com - Más de un Siglo de Credibilidad

 José Mario Zavaleta. 20 de Septiembre. Tomado de Diario Co Latino.

Desde que tengo uso de razón, coincidente con los tiempos del triunfo de la Revolución Cubana, he sido testigo y receptor involuntario de la andanada de informaciones tergiversadas y campañas propagandísticas con la intención de desprestigiar y socavar la imagen de ese proceso que ya superó los cincuenta años.
Dependiendo de la emergencia de nuevas situaciones la manipulación mediática se ha exacerbado más o menos, pero siempre con la constante de no contar con la otra versión, porque siempre se impidió que cualquier información proveniente de la Isla llegara a la mayoría de la población; siendo sólo por motivación propia, y bajo también propio riesgo, el buscar “la otra verdad”.
Hasta el aparecimiento del internet sólo era posible a través de las ondas hertzianas, y lo ha sido principalmente por Radio Habana Cuba, emisora de onda corta que nunca pudieron bloquear, que muchos salvadoreños escucharon por años a escondidas y bajo el riesgo de sufrir cualquier represión imaginable si se era detectado. Testimonios de ello abundan.
Sin embargo, hoy que es posible obtener las noticias y conocer de eventos en tiempo real o por vías directas, gracias a la tecnología, es sorprendente cómo aún así los medios de comunicación nuestros que abordan el tema de Cuba y lo hacen con el fin de continuar con las mentiras, medias verdades y falacias como peones de las campañas internacionales que persiguen la destrucción del proceso revolucionario, lo hacen descaradamente aún sabiendo que muchos más sabemos que mienten o manipulan las noticias, no con el fin de informar, sino el de minar la imagen de Cuba.
Es increíble el frenesí de algunos de ellos, en especial de la prensa escrita, tratando de hacer creer a nuestra población de lo tan mal que viven los cubanos, y que se debe impedir que acá en El Salvador pudiera repetirse esa experiencia a pesar que cada día anuncian su caída. ¿A qué se deben sus temores, pues?
Últimamente hacen la alharaca por una frase expresada por el ex Presidente Fidel Castro Rus en una conversación con el periodista judío-norteamericano Jeffrey Goldberg, que precisamente fue motivada en el fragor de las decenas de artículos desarrollados por Fidel con la idea de advertir a la comunidad internacional de los riesgos que conlleva una posible agresión de Estados Unidos junto a Israel contra Irán.
Son más trascendentes y vitales para todos esas advertencias que hicieron coincidir al líder de la Revolución con ese profesional considerado el investigador más conocedor del pensamiento israelita, pero de eso no se ha dicho mayor cosa, y algunos que lo refieren lo hacen más con ironía y sarcasmo; sin embargo, la literalidad es pasmosa al abordar la cuestión del modelo económico de Cuba.
Resulta risible que en la actualidad cuando está ocurriendo aún la crisis económica más grave y global de la historia, que se ha extendido desde sus orígenes en los Estados Unidos de América a los países desarrollados y el resto de los demás en la tierra, acá en El Salvador en particular, se quiera estar hablando como el burro de las orejas. Realmente preferiría que fueran los cubanos quienes hablaran sobre este tema, por conocimiento de causa y derecho propio, pero me atrevo a expresar lo que conozco por experiencia personal y porque me consta, con la limitaciones entendibles.
Pues tratándose de Cuba, la nebulosa desinformativa quiere hacer creer que solo ahí se sufre la desgracia que sabemos ocurre en la mayoría de los pueblos del mundo que han debido soportar, sin tener ninguna responsabilidad ni haber hecho nada para provocarla, y cuando todo mundo sabe que lo que ha fracasado es el modelo neoliberal que ha llevado a muchos países a la bancarrota, como el nuestro.
Habrá que recordar que a mediados de los años ochenta, cuando existía la Unión Soviética y el campo socialista, en la Mayor de las Antillas ya se había iniciado la  evaluación de los errores y defectos ocasionados por la implementación de medidas hasta entonces, llamado Proceso de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas, y que hubo de postergarse ante los eventos relacionados con el desmembramiento de la URSS y desaparecimiento de los demás países socialistas de Europa.
Es en esos años iniciales de la década del 90 que se declara el Período Especial en tiempo de paz - que recuerdo ya se mencionaba varios años antes como proyecto elaborado junto a la variante del período especial en tiempo de guerra -, y es cuando Fidel, la dirección de la Revolución y el pueblo cubano, hubieron de enfrentarse a esta nueva etapa, que significaba la suspensión abrupta de cerca del 80 % del intercambio comercial que mantenía con la Europa del Este, que aunada al bloqueo económico y financiero impuesto unilateralmente por los Estados Unidos, constituyó también la caída del PIB superior al 30 % y el deterioro de las condiciones de la población. Muchos en el exterior se frotaron las manos y prepararon las maletas para regresar una vez caída la Revolución, mientras el pueblo resistía valientemente y decidido.
Es en estas condiciones de total soledad que los cubanos se propusieron esencialmente la subsistencia del proceso y la preservación de la obra social de la Revolución, mientras también luchaban por salir de la crisis implementando medidas como el impulso del turismo a través de empresas mixtas, la despenalización de la tenencia del dólar y su curso legal, trabajo por cuenta propia, inversión extranjera en áreas estratégicas como la minería, la industria petrolera, biotecnología, entre otras más. Los resultados se ven muy pronto, y es a inicios de esta primera década del segundo milenio que ya se habla de estar superando el período especial, y en los años consecutivos el PIB de Cuba crece positivamente. Influye también el intercambio comercial y solidario con otros países importantes como Venezuela, China, Brasil, Rusia, entre otros, que ayuda a amortiguar los efectos del bloqueo estadounidense.
Tal realidad es palpable de manera progresiva, y así pude observarlo en las subsecuentes visitas de 1995, 2002 y 2007, cuando el nivel de la gente es cada vez mejor; se desarrollan programas ambiciosos como el de los Trabajadores Sociales para atención personalizada a aquellos que fueron más afectados por la gran crisis, se reimpulsa la educación primaria y secundaria, que había también sufrido estragos, se inicia el rescate de la infraestructura, y así el país vuelve a mostrar su ímpetu que es visible en la población, y también en los cientos de miles de habitantes del planeta que se benefician de la solidaridad de Cuba en especial de la educación y la salud.
Es en 2008 que Cuba sufre el embate de terribles huracanes, Gustav,  Ike y Paloma, que en el lapso de un mes arrasan la geografía del archipiélago, prueba de fuego de la defensa civil que impide al máximo la afectación de vidas, pero provocándose la pérdida de un estimado de 10 mil millones de dólares por daños a la infraestructura en general. Es tal el impacto que países amigos – muchos de ellos beneficiados previamente por la ayuda solidaria de Cuba – acuden en apoyo especialmente económico para solventar la inmediatez.
Todo ocurre en momentos que se gesta y crece la crisis financiera en Walt Street que luego se difunde en el resto del mundo, afectando a unos más que a otros; y en el caso de Cuba, aunque sin tener vínculos directos con la economía de EE.UU., igual se ve afectada principalmente por la drástica reducción de los precios de las materias primas, como el caso del Níquel que se reduce prácticamente a la mitad, la disminución del turismo internacional por la misma crisis y el incremento de los precios del petróleo, entre otros.
A estas alturas Cuba había logrado la protección laboral de su población, llegando a niveles del pleno empleo, comparable o superior a los años previos a la crisis en países desarrollados de Europa. El desempleo es reportado cerca del 2 %, y las prestaciones sociales son disfrutadas por todos, a pesar de las dificultades y limitaciones con las que el país contaba, producto de resultados insatisfactorios en algunos rubros y del mismo bloqueo, que se aplicaba cada vez más despiadadamente en esos momentos de la “era W. Bush”.
Era conocido por todos que la Revolución hacía esfuerzos extraordinarios para mantener los beneficios sociales y laborales, pero pendiente en revisar, anular o cambiar aquellas disposiciones anacrónicas o no funcionales que causaban malestar y también otras que representaban gastos onerosos al estado. Y ese es el período que realmente llega a este momento en que se disponen los cubanos a desarrollar los cambios que consideran necesarios en el modelo económico. Por supuesto, coincidente con otra ola de noticias tergiversadas de agencias internacionales que anunciaban luchas de tendencias en el Partido Comunista y la dirigencia de la Revolución, y suponiendo la aplicación de medidas capitalistas para encauzar la economía. Para decepción de los corifeos de la desgracia cubana las cosas no son como las que ellos anunciaban, y además, en eso  regresó Fidel.
El 1 de agosto de este año el Presidente de Cuba, General de Ejército, Raúl Castro Rus, en sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, invoca a la unidad entre los revolucionarios y entre la dirección de la Revolución y la mayoría del pueblo como la más importante arma estratégica que les ha permitido llegar hasta este momento y continuar el en futuro el perfeccionamiento del socialismo.
Así, anuncia al pueblo que “luego de meses de estudio en el marco de la actualización del modelo económico cubano, el Consejo de Ministros en su última reunión, efectuada los días 16 y 17 de julio, con la participación de los vicepresidentes del Consejo de Estado, otros miembros del Buró Político y del Secretariado del Comité Central, los primeros secretarios de los comités provinciales del Partido y los presidentes de los consejos de la administración provincial, así como los cuadros centros de la CTC, demás organizaciones de masas y la UJC y altos funcionarios de los organismos, acordó un conjunto de medidas para acometer, por etapas, la reducción de las plantillas considerablemente abultadas en el sector estatal”.
Y continúa. “… en una primera fase, que planificamos concluir en el primer trimestre del próximo año, se modificará el tratamiento laboral y salarial a los trabajadores disponibles e interruptos de un grupo de organismos de la administración central del estado, suprimiendo los enfoques paternalistas que desestimulan la necesidad de trabajar para vivir y con ello reducir los gastos improductivos, que entraña el pago igualitario, con independencia de los años de empleo, de una garantía salarial durante largos períodos a personas que no laboran”. Incluyo textualmente los conceptos para fundamentar en propias palabras la cita a lo que hoy ocurre, que no se trata de un acto desesperado, sino parte de un proceso consultado y decidido en conjunto por diferentes niveles de organización de la sociedad cubana.
Como podemos comprobar, las cosas son muy diferentes a como se escriben malintencionadamente en los periódicos locales y de otros países en que igualmente se tergiversa la realidad de Cuba, que tampoco ha negado las dificultades que enfrentan. Pero lo destacable es que quienes hoy se alegran de ello y la publicación les sirve para decretar el fracaso de la Revolución porque el modelo económico no funciona, según ellos, son los mismos que han provocado la desgracia acá en El Salvador.
Son ellos los que implementaron y defendieron el modelo neoliberal a ultranza, cumpliendo religiosamente las recetas de los organismos internacionales, y provocaron que el país esté quebrado; y ahora señalan a Cuba como si tuvieran una grisma de autoridad para hablar de ello. Lo mismo sucede cuando se refieren a la democracia y la libertad, como si no supiéramos que por su gusto realmente estuviéramos bajo un régimen autoritario y represivo. No nos pueden venir con el cuento, si lo que se ha logrado en avances en nuestro proceso democrático fue aceptado a regañadientes por ellos, en el curso de la situación militar, social y económica que los obligó a sentarse a negociar y llegar a los Acuerdos de Paz de 1992.
De lo que deben estar seguros es que, en el caso de Cuba, no se desarrollarán las medidas de ajuste estructural que nos recetaron acá en los últimos veinte años de gobierno. De las cerca de 500,000 personas que saldrán de las instituciones estatales nadie quedará abandonada a su suerte, ninguna quedará desamparada. Porque a la vez que se publica esa cantidad para demostrar lo que ellos llaman fracaso, omiten decir que concomitantemente se creará la misma cantidad de trabajos por cuenta propia y en otras variantes disponibles, y cuyo proceso se hará de manera progresiva y acompañada por la organización laboral, la Central de Trabajadores de Cuba, CTC.
Si llaman fracaso que Cuba sea el primer país libre de analfabetismo en nuestra América, quien primero abolió enfermedades prevenibles, alcanzado este año la tasa de mortalidad de 4,8 por mil nacidos vivos, ser el primer país en América Latina libre de desnutrición, el país con más médicos por habitante en el mundo, que goza de paz social y bajísimos niveles de delincuencia, y que ocupa el puesto 51 en el Índice de desarrollo humano elaborado por la Organización de las Naciones Unidas - el cuarto entre los países latinoamericanos, después de Chile, Argentina y Uruguay -, entre otros tantos índices que ostenta; pero, sobre todo, por ser campeones en la solidaridad, que se sustenta en dar lo que tienen, no lo que les sobra, es porque realmente el odio y prejuicio contra ese país los enceguece. Pero, además, con ello demuestran su naturaleza inhumana e insensible, cuando éxito es siempre obtener ganancias para ellos y sus amigos, y fracaso cuando los pueblos pueden leer y escribir, tienen su salud garantizada y la seguridad social es prioridad, aún a costa de que con ello tambalee el presupuesto nacional.
Nunca podrán entender al pueblo cubano, que tras más de 50 años del bloqueo que nunca en la historia universal haya existido contra otro país alguno, sigue adelante construyendo y perfeccionando el socialismo, sin arrodillarse y sin entregar su dignidad. Claro, eso es algo que a sus enemigos gratuitos de acá no les interesa aprender. ¿Quiénes realmente serán los pobres?

¡No se equivoquen con Cuba!, ahí nadie será desamparado | 20 de Septiembre de 2010 | DiarioCoLatino.com - Más de un Siglo de Credibilidad

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