Editorial-22 de Septiembre. Tomado de Diario Co Latino.
Entre el escepticismo de los críticos de izquierda –pues no es toda la izquierda-, y la rabia de la derecha neoliberal, el Presidente de la República, Mauricio Funes, bajo la dirección de la Ministra de Salud, María Isabel Rodríguez, oficializó, el lunes, la reforma a la salud.
El nuevo sistema estará fundamentado en los Equipos Comunitarios de Salud Familiar (ECOfamiliares) , basado en un modelo de atención primaria, más de carácter preventivo y comunitario que curativo.
Durante su discurso alusivo al 189 aniversario de la independencia patria, el presidente Funes, quien no dudó en calificar de revolucionarias las reformas al sistema de salud, dijo en tal sentido que: “La salud es prioridad en mi gobierno”.
El nuevo sistema de salud, o las reformas, está construido en ocho grandes ejes estratégicos: Es una red integrada de salud; el recurso humano, los medicamentos y las medicinas, el foro nacional de salud, el sistema nacional de emergencias, sistema único de información, la articulación con el ISSS y el Instituto Nacional de Salud. Todo esto resguardará los tres niveles o modelos, siendo, como apuntamos arriba, el más novedoso, y por ende el más importante, el nivel uno o preventivo.
Nadie debe dudar, a estas alturas, que nuestro sistema de salud no ha sido pensado en la gente, no ha sido pensado en la prevención, y por lo tanto, no ha sido pensado en la salud de la ciudadanía.
El abandono de los hospitales, el abuso en los precios de la medicina y las pretensiones, hace años, de privatizar la salud, demuestran que, por lo menos, en los últimos cuatro gobiernos de derecha, la salud no fue pensada para beneficio del pueblo, sino como negocio.
Romper con ese esquema perverso, y privilegiar a la gente, es, sin lugar a dudas revolucionario.
Más de alguno criticará porque las reformas se implantarán solo en los 74 municipios más pobres del país, y la respuesta es obvia: el estado fue dejado en bancarrota, la crisis económica no ha permitido la creación de más empleos para generar más impuestos, y los que pueden pagarlos se resisten.
No dudamos, que el trabajo del Ministerio de Salud, al mando de la queridísima y respetada doctora María Isabel Rodríguez, y su equipo, será exitoso, lo que no implica que no tendrá anticuerpos mezquinos, como han salido ya, tanto empresariales como políticos de la peor ralea.
De ahí que la ciudadanía, que pacientemente está esperando los cambios revolucionarios, debe acuerpar a su ministra y al Presidente Funes, para que, en lo que resta de su período, las reformas a la salud abarquen lo largo y ancho del país. Y es que, las revoluciones también se configuran, a partir de pueblos sanos y educados. ¡Adelante doctora Isabel Rodríguez; adelante Presidente Funes!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.