La sentencia de la CSJ presenta una oportunidad para profundizar y preservar nuestra democracia, elegir diputados directamente, deberá cambiar la forma de hacer política, largamente esperada que los partidos no deben desperdiciar.
Escrito por Rafael Castellanos.17 de Agosto. Tomado de La Prensa Gráfica.
La mejor forma de preservar nuestra joven democracia es profundizando en ella, con más democracia, no con menos. La separación de poderes es una de las bases en que se cimienta la misma y hasta la fecha es una asignatura pendiente, algo en que tenemos que evolucionar. El carácter presidencialista de nuestra política ha facilitado en el pasado que debemos dejar atrás, que en conjunción con las cúpulas de los partidos, se ha ejercido una influencia fuerte y perjudicial para la democracia sobre los órganos Legislativo y Judicial.
La sentencia de la Sala de lo Constitucional de la CSJ, muy densa, sólidamente estructurada, según constitucionalistas, algunos de ellos autores de la actual Constitución, no ha violado cláusulas pétreas ni es amenaza para irrespetar la Constitución llevándonos a un régimen autoritario. Sobre esto hay ya muchos pronunciamientos y seguirá develándose.
Esta declara que debemos elegir diputados no por listas cerradas en las que decide o elige la cúpula de los partidos, sino en forma en que respondan a sus electores, nos da la oportunidad de hacer bien las cosas, de tener diputados electos por su calidad moral, por su capacidad, por los méritos que les encuentren sus electores, no por compromisos o sumisión a las cúpulas.
La Asamblea ha recibido el mandato de hacer las leyes que permitan que eso sea así. Sus reacciones iniciales primitivas de defensa pueden comprenderse en el plano humano, de pronto pierden privilegios que tienen aunque no les correspondan y la resistencia a perder lo que se tiene, aunque no sea lo correcto siempre es dura.
Igualmente humano y mucho más digno es serenarse, analizar fríamente la situación en función del beneficio del país y hacer lo que se debe. Probablemente es ingenuo esperar que se dé sin una gran batalla y golpes bajos, como lo han anunciado algunos diputados, pues hay muchos intereses afectados, se toca la bolsa y el poder de muchos. Pero somos eternos optimistas y tenemos la confianza de que el proceso se desarrollará de acuerdo con los intereses de la población, que privará el deber ser.
Se ha formado en la Asamblea una comisión que estudiará la sentencia. Ella estará en el escaparate público y según las actuaciones de los diputados que la conforman, se derivará favor o condena del electorado clave, los que deciden la presidencia en la elección, los 500 mil o más urbanos, que han estado esperando cambios por mucho tiempo y ya lo expresaron en las urnas. Además de esperar que los diputados hagan lo correcto porque es su deber, ponen mucho en juego.
A los dos grandes y a los pequeños les afecta diferente. Al FMLN que es vertical y ofrece puesto por lealtad a dirigencia y militantes históricos le afecta pero no lo mata, y con la capacidad de adaptación táctica que se les conoce, no irán públicamente en contra. A los muy pequeños sí les afecta, pueden quedar fuera del juego algunos históricos.
ARENA al igual que el FMLN es fuerte y no se ve afectado y aunque mucho se dice de cuotas de poder, es el que tiene la mayor capacidad de renovación, de llevar gente de gran calibre a la Asamblea. Sería muy productivo para ese instituto político ser el abanderado de las reformas, se le ha presentado la oportunidad de encontrar la renovación y evolución que necesita para llegarle a ese voto urbano, educado que aún le hace falta en su recuperación.
Con estas reformas sería muy difícil que se den fenómenos de tránsfugas en masa, que por intereses oscuros pueden vaciar un partido y burlarse del electorado, como sucedió con GANA, lamentable y aleccionador ejemplo de lo que no debe darse, felizmente un intento fallido motivo de reflexión para los partidos.
Una ley de partidos políticos que los haga transparentes en la recaudación de fondos y en la rendición de cuentas será una mejor garantía de que no son financiados por dinero oscuro de narcotráfico, crimen organizado o intereses transnacionales.
La preocupación válida de la posibilidad de que se instale un régimen autoritario como el socialismo del siglo XXI tiene la mejor defensa en más democracia, mayor institucionalidad, tema que ha sido demorado por el deficiente funcionamiento del sistema político. Esto es protección contra cualquier tipo de absolutismo.
La oportunidad de profundizar en la democracia, de que los partidos políticos evolucionen y se fortalezcan en el sentido correcto, lo que los partidos vieron originalmente como una amenaza es una gran oportunidad. Ojalá no desperdicien esta oportunidad relevante para la democracia que se ha presentado.
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