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2010/08/21

EDH-¡Por enésima vez... ¡la educación!

 María A. de López Andreu.21 de Agosto. Tomado de El Diario de Hoy.

Desde diversos medios de comunicación y, especialmente, desde las páginas de este periódico, incluyendo esta columna, hemos clamado de manera permanente para que se dé a la educación la importancia que realmente merece, tanto como herramienta indispensable para el desarrollo humano, como por ser un elemento estratégico para que El Salvador sea competitivo. Esta semana, Andrés Oppenheimer vino, específicamente, a recordarnos esa gran verdad.

Realmente, debería darnos vergüenza. Porque es una realidad vastamente conocida, pero ¿qué estamos haciendo al respecto? Diría que mucho… y muy poco.

Porque conocemos de grandes esfuerzos privados que se realizan en este campo; sin embargo, mientras no haya una conciencia nacional a todo nivel (estudiantes, maestros, gobierno, familias y empresa privada) acerca de empeñarnos en lograr una educación de calidad, todos los recursos destinados a ello, en gran medida, se desperdician.

Si hay algo verdaderamente urgente en nuestro país, es una reforma educativa integral; esto significa ofrecer una preparación que dote a los alumnos de los fundamentos indispensables para responsabilizarse de sí mismos y de sus decisiones, a fin de convertirse en buenos ciudadanos: aprender a ser (rectitud de intención y de acción, en todas las facetas de la vida); aprender a hacer (trabajar, estudiar con excelencia); aprender a aprender (capacidad de análisis, de innovación, de cambio); aprender a emprender (administrar, dirigir, liderar, realizar, concretar) y aprender a convivir (tener generosidad, solidaridad, espíritu de servicio).

Pero cuando el actual Ministro de Educación expresa su intención de realizar "una reforma educativa integral", me horrorizo, en vez de alegrarme. Porque con discursos y actitudes, suyas y de sus correligionarios, nos muestran que esa "reforma integral" significa "adoctrinamiento marxista-chavista".

Entonces, ¿qué hacer?

Santa Teresita decía: "Allí donde Dios me ha puesto, debo florecer". Es decir, desde nuestro propio y específico lugar (ama de casa, empleado, empresario, funcionario, etc.), podemos educar a quienes nos rodean --pocos o muchos--. Estaremos haciendo patria y evitando que, más adelante, esas personas sean víctimas de quienes pretendan manipular sus mentes y corazones.

Y la mejor manera de hacer algo por la educación, es la defensa de la familia: ayudar al prójimo a formar una familia con principios y valores, donde los hijos aprendan a ser, a hacer, a aprender, a emprender y a convivir.

En este aspecto los empresarios pueden hacer muchísimo. Infinidad de padres de familia son parte de su personal; ayudarles, mediante capacitaciones, a ser personas más responsables, capaces de administrar bien sus propios recursos para atender y formar una mejor familia, sustentada por un buen matrimonio que dé seguridad y fortaleza a sus hijos, es el mejor de los comienzos para que, al cabo de algunos años, tengamos una población bien educada.

Porque en una familia funcional, la educación es valorizada y aprovechada. Y es de estas familias de donde surgirán los maestros, políticos, gobernantes, funcionarios y emprendedores de excelente calidad, que tanto necesitamos.

La educación es demasiado importante para dejarla en manos del gobierno; involucrémonos todos, educando a través de la defensa de la familia. Hagámoslo por nuestro país, por nuestros hijos y nietos. Talvez ellos sí estén recibiendo una educación de calidad, pero ¿qué educación (o adoctrinamiento) tendrán quienes les rodearán en el futuro? ¿Serán excelentes ciudadanos… o estarán resentidos, envidiosos, negativos, susceptibles a la manipulación y la siembra del odio de clases?

Bueno, ¡depende de todos nosotros!

elsalvador.com :.: ¡Por enésima vez... ¡la educación!

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