Comentarios mas recientes

2010/08/19

EDH-Nostalgia por don Mauricio

 Marvin Galeas.19 de Agosto. Tomado de El Diario de Hoy.

La democracia liberal tiene muchos errores. Pero un sistema totalitario es un colosal error. Ya no se trata de discusiones entre filósofos y teóricos, sino en una verdad establecida por la historia. Los que aún defienden las ideas marxistas y colectivistas en general se ha reducido a grupos exóticos que existen en todas las sociedades, a los que se suman licenciados que se formaron y se forman con los manuales leninistas de la Editorial Progreso de la desaparecida Unión Soviética.

Pero entonces ¿cómo es que en América Latina grupos y personajes que suscriben ideas populistas no sólo no han desaparecido sino que en muchos de nuestros países están en el poder? Además los presidentes afiliados o simpatizantes del Socialismo del Siglo XXI llegaron a donde están por medio del voto popular.

Lo sorprendente no son las falsas ilusiones que los populistas ofrecen en campaña. Lo que sorprende es que grandes mayorías se las crean. Ciertamente es infinita la capacidad de engaño de los populistas. Pero hay otro factor que influye de manera decisiva en el éxito del populismo: el abuso de ciertas empresas contra sus clientes.

Miles de salvadoreños votaron por el FMLN, no tanto por afinidad a la ideología de este partido, sino porque estaban hartos por los abusos de algunas empresas de diferentes rubros y muy en especial de algunas instituciones financieras. Denunciar los abusos por parte de algunas empresas contra consumidores no es hacerle el favor a una izquierda con ansias expropiadoras. Los que le hacen el favor son precisamente los que abusan.

Antes de escribir este artículo me tomé el trabajo de conversar sobre este tema con varios empresarios con los que mantengo estrechos vínculos por motivos profesionales o de simple amistad. También conversé con compañeros de oficina, proveedores de diferentes servicios, conocidos en barberías, gasolineras, etc. Todos estaban de acuerdo con este punto de vista.

Provocaba el tema porque yo percibía que el banco con el que por más de una década había mantenido una excelente relación, había desmejorado en cuanto al servicio al cliente. Concretamente desde que fue vendido a un conglomerado mundial. Y es que cuando terminó la guerra a la cual me había ido muy joven, me encontré que yo no tenía ninguna referencia comercial, ni record de créditos, ni nada. Junto a mi esposa queríamos emprender un negocio, pero no existíamos en el mundo de los créditos de ningún tipo.

Un día me armé de valor y luego de una entrevista periodística con el presidente de una institución bancaria, aproveché para expresarle mi deseo de incursionar en el mundo de los negocios pero que no tenía referencias comerciales, que lo único que tenía era un plan bastante elaborado y que necesitaba un crédito por una suma bastante alta en aquella época.

El banquero me miró pensativo un rato. Luego me dijo: "Nosotros le prestamos dinero a quien tenga ganas de superarse y algo que perder". Me dio el nombre de un funcionario del banco, me dijo que lo visitara, que iba de parte suya. Algunas semanas después obtuve el crédito y comencé junto a mi esposa una riesgosa y apasionante aventura que llega hasta el día de hoy. En el mencionado banco, aunque no soy un potentado ni mucho menos, siempre me trataron como a un rey.

Pero, como decía, el banco fue vendido y se le torció la cola al cerdito. De aquel trato cálido se pasó a uno no sólo frío sino ineficiente y hasta de situaciones desagradables. Una simple gestión que antes la realizaba en cuestión de minutos pasó a demorarse horas en una fila para que al final me dijeran que tal gestión tenía que hacerse en otro lugar. Y así muchas situaciones de diverso tipo que, aclaro, no tienen nada qué ver con moras, sino todo lo contrario.

Afortunadamente en nuestro país existe la competencia (esperamos que siga existiendo por siempre) y con un poco de tristeza me he hecho cliente de otro banco, que según dicen las personas con las que hablé es número uno en servicio al cliente… y parece que es cierto.

La experiencia que he relatado no es, en manera alguna un caso aislado, por los testimonios que he recogido la están viviendo millares de salvadoreños en diversas situaciones: cobros indebidos, irrespeto, acosos injustificados, burocratismo. Abusos, pues. A veces pienso que los totalitarios deberían compensar a los empresarios abusadores por sumar simpatizantes y votos a sus intereses.

Probablemente la venta de los bancos nacionales a conglomerados mundiales haya fortalecido el sistema financiero, pero la experiencia relatada me hizo sentir nostalgia por don Mauricio… que era el nombre de aquel banquero.

elsalvador.com :.: Nostalgia por don Mauricio

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.