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2010/08/19

Co Latino-Reclamos solapados | 18 de Agosto de 2010 | DiarioCoLatino.com - Más de un Siglo de Credibilidad

 René Martínez Pineda.19 de Agosto. Tomado de Diario Co Latino.
(Coordinador General del M-PROUES)

Con ironía, muchos me dicen, en forma de reclamo burlón y solapado: “Mirá, vos que sos incendiario en tus relatos, hasta el punto de una inmolación pública invisible; vos que ves las cosas con una ingenuidad que raya en la estupidez; vos que siempre, como si lo hicieras con la luz de un candil, estudiás las cosas con metáforas, más oscuras que bellas; vos que ves la realidad con los ojos soñadores de la utopía libertaria que muchos olvidaron y más muchos desconocen; vos que estás parado en una tierra firme que tiene de ilusión guerrillera y tiene de Quijote, por carecer de mapa satelital y diccionario global; esa tu tierra irreal, ese tu lugar secreto donde, por inventarlo cuando niño, los colmillos del perro callejero no muerden ni transmiten la rabia o el moquillo; vos que metés tus demonios en la sociología y la sociología en tus demonios y, por ello, no se entiende lo escrito, aunque sabemos que algo has dicho… por eso mismo, estás en la obligación moral de analizar la coyuntura que ha modificado lo político, pues los pre-sucesos y sucesos ponen en peligro a la patria-nación que conocemos, y que por insano hábito no queremos dejar. Lanzá el azadón de tus palabras y compartí con nosotros lo que saca, aunque sea para hacerte burla ha de servirnos; ese es tu deber patriótico”.
Y entonces la carcajada alitósica que me lanzan en la cara me revela lo que en verdad quieren decir; y entonces con tono erudito preguntan: ¿a quién putas le importa recordar que el editorial de la Prensa del 31 de diciembre de 1959 afirmó que “nuestro peor mal es el homicidio”; o que el 4 de junio de 1983 el embajador salvadoreño en EE.UU –Ernesto Rivas Gallont- dijo que “de haber sido reelegido Carter hubiera entregado Centro América al comunismo”?
Buscando la buena intención, prefiero creer que se burlan de mí con la lástima tremendamente humana que inspiran los locos que tiran piedras de salva; o los ilusos que suspiran porque una flor es capaz de nacer en el lodo… y entonces -¿arrogante o humilde o enajenado?- sé que soy un inadaptado; que los demás me tienen como un vago de la palabra, o un afónico pregonero de un mundo que imita a la “tripa chuca”, porque tiene el ombligo enterrado en los surcos de una guerra de mártires sin púlpito, o en las zanjas de basura donde miles de nuestros niños buscan ropita, pan… y a nosotros. Por eso, me siento ofendido en mi calidad de insurgente social desheredado y -como cuando luché contra la dictadura exigiendo libertad de pan y de gerundios- alzo mi palabra de protesta -como la boca que le exige al “Invisible” agua en el desierto- escribiendo este demonio a los inquisidores que sí tienen nación porque tienen patria… o creen que la tienen.
Yo no tengo nación porque no tengo patria; es más, no sé qué significa la patria como símbolo patrio en una nación donde todo se ha privatizado, o sea una nación donde nada es nacional, ni la flor de izote, que ha sido patentada como pócima contra la memoria. ¿Qué entienden por patria los humanitos metidos en política y los claveles tecnocráticos que adornan sus solapas?
Sé que para ellos la patria es una carcomida tabla de seguridad jurídica, que no es ciega, está vendada; una ponedora de empleos para pagar favores y sacar dinero, por las buenas o por las malas; un bicolor día de asueto en un dédalo de cachiporristas de sudor fuerte, piernas bellas y sueños débiles. Ustedes, políticos derechistas y pragmáticos ambidiestros; claveles y oportunistas; a ese espejismo le llaman “patria” y le cantan un himno falso.
Yo, utópico de izquierda, iluso de sangre indígena, no tengo patria, tengo un translúcido paño de lágrimas que no aguanta otra lavada. ¿Cómo puedo ser patriótico si nunca he tenido patria porque siempre he carecido de patrimonio? Sé que para ustedes, los derechistas, la nación es una teletón de tarifas, fraudes, sobornos y ganancias galanas; una colmena de empresas y empresotas que cometen el tercer pecado capital a diario, pero que exigen reglas claras, o sea impunidad; un sello migratorio que conmemora hechos irreales; un archivo de caoba: catorce familias, catorce departamentos, catorce cosechas, catorce partidos.
No tengo nación: soy un indigente profeta carente de profecías; tengo el recuerdo de un mesón entrañablemente tibio, y no una nación; tengo un patio como universo, y no una nación, que es una abstracción impersonal; no tengo nación, tengo mi ciudad natal y mi alma máter -mi Ciudad Delgado, mi universidad pública- como rumbos culturales que me forjaron compromisos cuando estudiante.
Mientras ustedes hablan ofendidos de la maldad de la frontera que está al sur de dios, yo le declamo con mi prosa profana a la tierra cansada; al pueblo mágico que la toma por su reino: esa tierra que a pesar de las llantas usadas, el vómito de la Coca Cola, el plomo vertido, las deficiencias de talla y peso de su subsuelo, la sinusitis de su cielo y la piratería de teorías económicas piratas, se arma de valor y queda preñada cada año; el pueblo de bienvivientes que sin poner “peros” siembra maíz en las aceras; esculpe con el barro su dolor; hila la colcha que calentará el sueño de los ricos; levanta un puente de palos en el río sucio, para llegar hasta las luces titilantes donde alquilan manos para lavar ropa y masturbar impotencias.
Pueblo de gitanos y prestidigitadores como yo, y quien dice prestidigitador dice que: por necesidad hace aparecer en su bolsillo el cobre del hermano; es capaz de crear la ilusión ilusionante de que algo imposible pasa, digamos hacer aparecer comida en el plato vacío, aparecerse cuando el hijo descarriado necesita pagar la fianza, desaparecer cuando el cobrador toca la puerta, transformarse en maestro de álgebra aunque sólo sepa poner su nombre, unir la alegría con el deseo de suicidarse, leerle la mente al silencio de la hija embarazada… Dice, en fin, que es capaz de romper por amor las leyes de la física, desafiando la racional explicación de lo cotidiano. ¿Cómo explicar que un niño sea capaz de aprender a sumar en ayunas? ¿Cómo explicar que unas tetas deshidratadas tengan el poder de alimentar muchos hijos? ¿Cómo explicar que un cuerpo desnutrido sea capaz de levantar el pesado huacal de masa y le queden fuerzas para ganar maratones? ¿Cómo explicar todo eso sin la magia?

Reclamos solapados | 18 de Agosto de 2010 | DiarioCoLatino.com - Más de un Siglo de Credibilidad

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