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2010/08/17

Co Latino-El Sistema de salud del país y la cooperación internacional | 17 de Agosto de 2010 | DiarioCoLatino.com - Más de un Siglo de Credibilidad

 Roberto German Tobar Ponce.18 de Agosto. Tomado de Diario Co Latino.

No hay duda que la crisis mundial que, como un cáncer, va creciendo, moviéndose de mercado a mercado, deteriorando las economías nacionales, como hemos visto últimamente en Estados Unidos, Grecia y Europa, obligando a los gobiernos a prevenir, proveerse y utilizar de la mejor manera, los recursos con que cuentan para prestar la asistencia sanitaria debida a sus pueblos; para poder cumplir a cabalidad los objetivos del milenio se necesitan recursos humanos, financieros y técnicos, bien administrados.
Es necesario utilizar de manera racional los recursos internos, especialmente los financieros, y recurrir a la cooperación internacional, de gobiernos y de instituciones financieras que operan a nivel global y regional, como el  Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Centroamericano de Integración (BCIE). También es preciso recurrir a estructuras sanitarias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y a las dependientes de organizaciones continentales como es la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Es preciso acudir a los organismos regionales de integración como es la Organización de Estados Americanos (OEA), y a entidades privadas que operan a nivel global, regional y local, prestando cooperación y asistencia en materia de salud.
La ONU es una organización internacional que integran actualmente 191 Estados soberanos, en ella tienen representación casi la totalidad de los países del mundo. Fue fundada después de la segunda guerra mundial con el objeto de mantener la paz y la seguridad internacional, fomentar las relaciones de amistad entre las naciones y promover el progreso social, la mejora del nivel de vida y el respeto a los derechos humanos. Los estados miembros están vinculados entre sí por los principios establecidos en la Carta de las Naciones Unidas, que contiene los derechos y deberes de los países miembros. Este tratado internacional tiene los siguientes propósitos fundamentales: Mantener la paz y la seguridad internacional, fomentar entre las naciones relaciones de amistad, realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales y la promoción del respeto de los derechos humanos y servir de centro que armonice los esfuerzos de las naciones.
En la cumbre de desarrollo del milenio, celebrada el año 2000 en Nueva York, se establecieron los objetivos de desarrollo que deben guiar la acción de los países para disminuir la pobreza, el analfabetismo, el hambre, las enfermedades, la mortalidad infantil y materna y la degradación del ambiente. Entre las metas definidas para el 2015, es  la de reducir en dos terceras partes la mortalidad de niños menores de 5 años, reducir la mortalidad materna en tres cuartas partes, y detener y comenzar a reducir la propagación del VIH-sida y la incidencia del paludismo y otras enfermedades graves. La OMS es un organismo de las Naciones Unidas especializado en salud, se creó 1948 con  el fin de promover la cooperación técnica en esa materia  entre las naciones y,  entre sus objetivos están los de procurar, reducir la mortalidad, morbilidad y discapacidad, especialmente en las poblaciones pobres y marginadas; promover estilos de vida saludables, reducir los riesgos para la salud, y desarrollar sistemas de salud más eficientes y equitativos.
La Asamblea Mundial de la Salud es el órgano que dirige las actividades de la OMS y está formado por 193 estados miembros que se reúnen anualmente. Las acciones de la OMS se enmarcan en el principio que considera la salud como derecho humano fundamental, del que deben disfrutar todos los seres humanos sin discriminación alguna. Dentro del marco de prioridades, los migrantes; desplazados y refugiados ocupan un lugar importante debido a que son considerados parte importante de la población en condiciones de vulnerabilidad. Se incluye a los migrantes indocumentados que carecen de acceso a los servicios esenciales de salud.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS), es la más antigua de las agencias especializadas de cooperación. Su origen se remonta a 1902 cuando se creó por medio de una resolución de la Segunda Conferencia Internacional de Estados Americanos celebrada en México. Posteriormente, en 1923, se convirtió en la Oficina Sanitaria Panamericana, y en 1949 se articula como una oficina regional de  la Organización Mundial de la Salud. La creación de la OPS fue consecuencia de la expansión del comercio internacional, del progreso de la medicina y de una nueva relación política y diplomática,  entre los países del continente americano. Este desarrollo vino de una nueva concepción de salud que abandonó los conceptos tradicionales, ya no solamente se concibió como aspiración individual sino también como un derecho y un deber social, un derecho de los pueblos y una responsabilidad del Estado. El  propósito fundamental de la OPS es la promoción y coordinación de los esfuerzos de los países de la región de las Américas, para combatir las enfermedades, prolongar la vida y estimular el bienestar físico y mental de sus habitantes.
Las disparidades en el ámbito de la salud y en la esperanza de vida han aumentado los últimos años, en todo el mundo. De los 57 millones de muertes registradas en 2002, 10,5 millones corresponden a menores de cinco años de edad, y más del 98 por ciento de estas defunciones tuvo lugar en los países en vías de desarrollo. Son  inaceptables las desigualdades existentes; veamos una niña nacida en Japón tiene una esperanza de vida de 85 años, mientras que otra nacida en el mismo momento en Sierra Leona no sobrepasará los 36. Existen enfermedades de riesgo, como las vinculadas con la hipertensión, el tabaquismo, el alcohol, el colesterol, la obesidad y las enfermedades cardiovasculares, que encabezan la lista de enfermedades causantes de muertes, en lo que la OMS ha calificado de epidemias escondidas, que se están extendiendo rápidamente hacia los países en desarrollo. Las cardiopatías han provocado la muerte de 1,3 millones de personas en 2002, en tanto los accidentes vasculares o cerebrales han costado la vida a 800 mil personas. En los últimos 60 años, 5,8 millones de personas murieron a causa de cardiopatías. Las proyectadas políticas de reforzamiento de los sistemas nacionales de salud en los países en desarrollo, ha chocado no sólo con la ausencia de recursos financieros sino con las políticas equivocadas  de instituciones financieras internacionales que presionaron para que se introdujeran  recortes en los presupuestos de salud, y se le trasladaran los costos a la población. Ello ha impactado tremendamente nuestras sociedades,  ha habido cambios en los índices de la pobreza, en aumento en las poblaciones subdesarrolladas, además del daño a su salud. 
La OMS, recientemente, explicó que en términos de recursos financieros, los países muy pobres sólo pueden gastar 10 dólares por persona al año en salud. Incluso si ese presupuesto llegara a los 20 o 30 dólares anuales, todavía se trataría de una inversión obviamente insuficiente, en contrapartida los países industrializados emplean  miles de dólares anualmente por persona para atender su salud. Hay una enorme brecha de país a país, y la comunidad internacional, las instituciones financieras y los donantes, están en la obligación de ayudar a nuestros países, a mejorar los sistemas de salud, señalo en específicamente a El Salvador, que se encuentra por fin en una ruta definida por alcanzar los retos del milenio. Ha sido denunciada, con pruebas irrefutables, la enorme corrupción que existió en el área de salud, especialmente en los últimos veinte años. El problema es que las instituciones financieras  para ayudarnos exigen requisitos mercantilistas, como nos sucedió con el Banco Mundial en el  caso del préstamo de reconstrucción hospitalaria, dañada por los terremotos del 2001, se demandó que el BM, puso cláusulas privatizadoras en el préstamo de reconstrucción, todo esto se dio en un momento clave para nuestro sistema de salud; cuando el gremio médico estaba luchando contra la privatización de la salud, por ser perjudicial para las mayorías de las personas atendidas en el área de salud. Señalo que los partidos políticos de oposición, le solicitaron al Colegio Médico que revisara dichos préstamos con el Banco Mundial y que hiciera las observaciones puntuales, después de la reunión, el Banco Mundial,  acepto retirarlas, por lo que se comunico a los partidos políticos de oposición, la anuencia del Banco a la eliminación de dichas cláusulas, por lo que se aprobó el préstamo por la Asamblea Legislativa. Ocho años después de aprobados los prestamos, las obras no están terminadas, y no lo están por el mal manejo que hizo el gobierno anterior; en especial el ex ministro de salud, como lo ha determinado la Corte de Cuentas de la República,  violó las normativas de los proyectos, y  las institución  de cooperación financiera no hizo respetar el contrato, mas bien, apoyo el despilfarro y, por lo tanto, se hizo cómplice, copartícipe, en este ilícito.
Se le siguió un juicio al ex Ministro de Salud, por parte de la Corte de Cuentas, por presiones de la sociedad civil, y aun cuando era bastante tarde se supo la verdad de lo que no se había hecho; en la actualidad el caso está en manos de la Fiscalía General de la República, y esperamos resultados pero sin mucha esperanza pues es conocida la inoperancia de esta tan alta instancia de protección de los derechos del Estado y de la Sociedad. En el presente, el Ministerio de Salud ha iniciado una política que implica dar prioridad al desarrollo del sistema sanitario, y para ello el BID otorgará $60 millones de dólares que serán utilizados en la reforma de salud, a través del Instituto de Salud, entidad que servirá para vigilar la calidad de servicios de salud que se brindan y promoverá la investigación en salud en el país, Se prevé  que para el siguiente año se necesiten otros 150 millones de dólares, para nuevas tareas en la aplicación del nuevo sistema de atención primaria en salud.
Sabemos que la pobreza ha  aumentado a un 58% en nuestro país, ampliándose la brecha entre pobres y ricos y por ende aumentado los indicadores epidemiológicos. En la región, el número de personas que viven en condiciones de pobreza extrema ha aumentado en forma alarmante también, llegando a ser de más de 100 millones de habitantes, personas que viven con menos de 1 dólar por día, lo que revela que el incremento de la pobreza se ha profundizado, con los correspondientes efectos en la desintegración familiar, en la salud de los habitantes, el desempleo ha aumentado y ha detenido el crecimiento  de la economía pese a las promesas que nos hicieron al implementar impositivamente las políticas de ajuste estructural, las privatizaciones y el modelo neo-liberal, en general. Esas políticas han tenido incidencia negativa en las instituciones sanitarias, en las que se ha profundizado la inequidad y la exclusión social. Estos problemas  han sido abordados con diferentes ópticas  pero en todas se coincide que los problemas de falta de equidad en el acceso y uso de los servicios de salud, es evidente y ejemplarizante. En nuestro país el 37% de la población rural es la más olvidada y representa 1.7 millones de personas que piden a gritos ser atendidas, no sólo en el tercer nivel sino en el primer nivel asistencial; en ese sector encontramos la principal causa de desigualdad en los resultados de atención en salud, es por eso que el enfoque de atención primaria es el icono asistencial de la política de salud de la actual administración.
Pero el gasto en lo social es inquietante, pues oscila entre el 7% y 8%, por debajo del  promedio latinoamericano que ha sido del 13%, al que como mínimo debe aspirar como país. Se menciona que para alcanzar los objetivos del milenio se requerirá aumentar el gasto público en $700 millones de dólares anuales, en Educación y Salud,  pero el gasto en éste último rubro, calculado respecto al PIB, ha sido de 0.07% y no se ha incrementado ni un 0.1%, en la anterior gestión presidencial. Las políticas nuevas de salud están enfocadas hacia los más vulnerables, los pobres, los marginados, para ello ha sido necesario implementar  estrategias de reorganización de los servicios de salud, a través del principio económico fundamental de  eficiencia; dicho principio deberá ser prioritario para superar los esquemas operativos tradicionales de las instituciones sanitarias, ya que los presupuestos son bajos y debemos trabajar y lograr las metas con lo poco que tenemos.
Las crecientes disparidades socio-económicas y las resultantes inequidades en condiciones de salud específicamente, representan una de las principales amenazas a la estabilidad socio política del país y de la región pues los sistemas de salud de un país son el reflejo de importantes valores sociales que se expresan principalmente en los marcos jurídicos e institucionales en los que se plasman las políticas de salud, aunadas a las políticas económicas  que influyen en la salud del pueblo. En el país hemos hablado mucho de la necesidad de reformar el sistema de salud, de lo ineficiente e inequitativo que es; y existe información suficiente como para realizar la reorganización apropiada de los servicios y balancear el peso de los roles de las entidades públicas y privadas, para que tengamos  un sistema de salud universal y ejemplarizante para las Américas. Termino este artículo como siempre lo hago, con un mensaje esta vez  de Napoleón Bonaparte” quien dijo: “Los sabios son los que buscan la sabiduría,  los necios piensan haberla encontrado”.

El Sistema de salud del país y la cooperación internacional | 17 de Agosto de 2010 | DiarioCoLatino.com - Más de un Siglo de Credibilidad

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