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2010/05/18

LPG-Sentar bases para una reactivación económica sólida

El Gobierno actual parece muy interesado en no caer en el populismo ni en lanzarse a aventuras peligrosas. Esto da cierta tranquilidad sobre el futuro inmediato. ¿Pero y después? Aquí entra a jugar la confusión en la que están inmersas las distintas fuerzas políticas.

Escrito por Editorial.19 de Mayo. Tomado de La Prensa Gráfica.
 

Según el FMI, la recuperación de la economía es un hecho que ya se está manifestando en los hechos, en distintas zonas del mundo, América Latina una de ellas. Países como Brasil, México y Colombia van a la cabeza de este impulso, por las realidades propias de sus respectivas economías. Centroamérica va a la zaga, aunque también muestra signos de crecimiento; y El Salvador, que ha recibido mayor impacto de la crisis por circunstancias como el efecto en el flujo de remesas y las condiciones estructurales derivadas de la dolarización, tiene más problemas. Se calcula, ya con más precisión, que nuestro crecimiento durante 2010 llegará al 1%. Ojalá.

En todo caso, tenemos que hacer bastante más para asegurar tres cosas básicas: estabilidad macroeconómica, uso adecuado de los instrumentos de desarrollo y confianza verificable en la estabilidad sostenida. El Gobierno ha dado señales en esos tres ámbitos, aunque no necesariamente señales suficientes. En lo macroeconómico todo parece normal y así se espera que se mantenga, sin giros ni bandazos. En cuanto a los instrumentos, el contar con uno recién por estrenar, como es el Acuerdo de Asociación entre Centroamérica y la Unión Europea, abre otra puerta de oportunidades, y hay que trabajar mucho y bien en ello. En cuanto a la confianza, lo más decisivo es la sostenibilidad de la misma, que continúa amenazada por múltiples ambigüedades políticas, que exigen respuestas serias.

Seguimos creyendo que la incertidumbre es nuestra principal amenaza, en todo sentido. El Gobierno y todas las otras fuerzas nacionales tienen que dedicarse más a superarla. Y no basta con declaraciones o gestos: hay que producir realidades.

Prepararnos todos para crecer

Cuando se ha generado un ambiente de desconfianzas e indefiniciones, como es nuestro caso en el país, establecer la confianza de manera sustentada y permanente se vuelve tarea a la vez prioritaria y llena de complicaciones. Ahora mismo, el centro de atención, en lo que a desconfianza e indefinición se refiere, está en la cancha política. El Gobierno actual parece muy interesado en no caer en el populismo ni en lanzarse a aventuras peligrosas. Esto da cierta tranquilidad sobre el futuro inmediato. ¿Pero y después? Aquí entra a jugar la confusión en la que están inmersas las distintas fuerzas políticas. Para los que ejercen representatividad, el calendario tienen fechas decisivas, que en lo inmediato son 2012 y 2014; para la ciudadanía en general, el calendario es siempre una apuesta abierta en el tiempo. Salvo para los políticos, el mundo no se acaba ni comienza en 2012 ni en 2014.

Entretanto, todos tenemos la tarea inexcusable de prepararnos para enfrentar nuestra realidad, como individuos, como organizaciones y como comunidad nacional, que hoy tiene distintas ubicaciones en el mapa. Y, en lo económico, tal responsabilidad implica, en primer término, confiar básicamente en el país como proceso vivo, y de ahí hacer lo que a cada quien le corresponde para sacarlo adelante.

El desarrollo nunca es un tiro al aire ni una apuesta al azar. Hay que enfocarlo, planificarlo y organizarlo. Ese es el reto que debemos encarar en este mismo instante.

Sentar bases para una reactivación económica sólida

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