Las discrepancias entre el FMLN y Mauricio Funes son cada día más evidentes. Por más que algunos personeros de dicho instituto político afirmen que son diferencias superficiales que no llegarán a ocasionar una ruptura definitiva entre ambas partes, la población que dio su voto por este partido piensa que la realidad no es esa, y que existe cada día un ostensible distanciamiento entre el grupo parlamentario del FMLN y el Ejecutivo.
Escrito por Salvador Guevara Casco.15 de Mayo. Tomado de La Prensa Gráfica.
Haber llegado a una situación como esta ha ocasionado desánimo en la población especialmente en la que votó por el FMLN, ya que todos esperábamos que este sería un gobierno que se mantendría cohesionado desde el principio hasta el final del mandato. La ilusión que el partido triunfador despertó en la población que deseaba que se consolidara la alternancia en el Ejecutivo se ha ido desvaneciendo en la medida en que el presidente Funes y el FMLN no logran ponerse de acuerdo en los proyectos de país que el Gobierno piensa implementar durante el quinquenio.
No es nada nuevo que el presidente Funes trate de gobernar sin estar atado a los principios ideológicos del FMLN. Lo manifestó en su discurso de toma de posesión, cuando expresó que durante su mandato no estaría supeditado a nadie en la toma de decisiones de su gobierno.
La oposición del grupo parlamentario del FMLN en dar sus votos para la aprobación de los préstamos, los cuales serán invertidos para mejorar las condiciones de vida de los salvadoreños y otros proyectos urgentes para el país, podría resultar contraproducente para este partido en futuros eventos electorales.
Nadie ignora que la deuda externa que tiene el país hoy en día es alta y que casi el 50% del PIB se invertirá en el pago de la deuda externa. Sin embargo, el Gobierno atraviesa una crisis económica que no le permite solventar con fondos propios los urgentes proyectos de país como la construcción del Hospital de Maternidad, la conclusión del bulevar Diego de Holguín, proyectos que se han venido postergando desde los anteriores gobiernos.
La reforma fiscal que implementa el gobierno no ha rendido los frutos esperados, porque hay sectores que se oponen al pago de más impuestos por la forma poco transparente en que fueron usados en el pasado. Hoy se habla nuevamente de un pacto fiscal que es apoyado por la gran empresa privada y otras instituciones como FUSADES que podría mejorar la recaudación fiscal.
Sin los fondos necesarios le será imposible al Gobierno resolver el problema delincuencial que afronta el país con mayor intensidad en los últimos meses, en los cuales aun con el apoyo de la fuerza armada no se ha logrado reducir los índices de criminalidad y la extorsión en el país.
Ha sido criticado el gobierno por sectores como la ANEP que no encuentran efectividad en las medidas implementadas por el ministro de Seguridad Pública para resolver la espiral de violencia. Es urgente que se implementen nuevas medidas que contribuyan no solo a paliar ese flagelo sino a su erradicación. Pero para lograr este propósito se ha dicho hasta la saciedad que se necesita de la participación de todos los salvadoreños que urgimos del establecimiento de la paz social en el país.
Es de esperar que el grupo parlamentario del FMLN adopte una actitud diferente con relación a los urgentes préstamos que el país necesita, anteponiendo los intereses del bien común a las diferencias existentes con el presidente Funes.
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