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2010/05/18

LPG-FF.AA. en prisiones. “Partido” de Funes

 Escrito por Ivo Príamo Alvarenga.19 de Mayo. Tomado de La Prensa Gráfica.

Para muchos, que el Ejecutivo haya recurrido a la Fuerza Armada para controlar los centros penales es una confesión de incompetencia, es admitir que el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública y la PNC no tienen la capacidad para lidiar con el problema. Ello es así y no es así al mismo tiempo.

Los titulares de Justicia y Seguridad Pública están bajo asedio universal. Salvo los miembros del FMLN, no existe quien no haya pedido directa o indirectamente su remoción. Algunos les han sugerido que es una cuestión de honor que depongan los cargos, recordándole a Melgar que era un crítico implacable de los titulares de los gobiernos anteriores.

En verdad, el ministro transmite una imagen de inseguridad. Evade las preguntas o contesta generalidades; parece desconocer lo que debe hacer. El viceministro está peor, porque no transmite ninguna imagen, como si no existiera.

Es cierto que las cabezas son criticables, pero hacen lo que les es posible. Y están los cuerpos, actuantes aunque rebasados por el fenómeno delictivo. El total de policías, por su número dividido en 3 turnos de 8 horas, es muy escaso. En un puesto de 15 policías, solo 5 están disponibles en cada momento, salvo las ventajas del acuartelamiento en mala hora suspendido por razones ideológicas, en buena hora restablecido por razones prácticas.

Los fiscales son insuficientes por la conocida sobrecarga de casos a su cuidado. Pero tanto ellos como los policías, aunque sobrepujados por el número de delitos, tratan de hacer lo que pueden.

La ayuda de la Fuerza Armada no debe verse como una derrota confesada. Puede mirarse, desde un punto de vista positivo, como un intento de unir esfuerzos contra un enemigo fuerte y escurridizo. En lo que falta solo la ayuda de los jueces. Estos aplican leyes penales por las que se cuela abundante impunidad. Pero si la judicatura quisiera hacerse parte de la cruzada nacional, podría por interpretación no dejar que se escapen culpables. Con los 3 Órganos del Estado comprometidos, podría hablarse de un plan de nación, un frente unido, contra la delincuencia.

El “Partido” de Funes. Esta semana comenzó con la noticia del mes. El presidente Funes anunció la creación bajo su égida del Movimiento Ciudadano por el Cambio, algo que debía saltar por la energía natural de las cosas, como un tapón de champaña liberado del alambre que lo sujeta.

La primera presión que venía empujando es la aritmética. La diferencia entre el voto duro del FMLN, unos 800 mil votos, y la cifra de los que votaron por Funes, aproximadamente 1.3 millones, deja un hueco de 500 mil personas que pugnan por tener voz, que quieren ser tomadas en cuenta. La segunda fuerza propulsora son las diferencias entre Funes y el FMLN. En la medida que llegaran a ser más tajantes, siendo la hipótesis extrema que el partido se declare de oposición, el presidente necesitaría un apoyo político confiable, que sea “su” partido. Entonces el primer cometido del Movimiento es pasar lista, saber con quiénes de veras se cuenta.

En un momento de ilusión, de lo que ha sido el sueño de mi vida (ver un partido social demócrata grande y compacto) me imagino a Funes uniéndose a otros para construir juntos el Partido Social Demócrata Salvadoreño o, al menos, que Funes adoptase esa definición ideológica para su agrupación, sea o no partido. Tiene mucho que ganar y muy poco que arriesgar, que de todos modos está arriesgando: la arremetida visceral de la ultra izquierda.

FF.AA. en prisiones. “Partido” de Funes

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