LPG-ARENA debe reinventarse, ¡ya!

 Qué desorden el que se ve en ARENA. Mientras unos dirigentes salen a tomar posiciones públicas, los llamados a ser los voceros del partido tratan de mantener la disciplina comunicacional que todo partido serio y maduro debe exhibir. Lo peor hasta ahora sin embargo, es que el partido tricolor ha fallado en su monumental tarea de recomponerse.

Escrito por Carlos A. Rosales.09 de Mayo. Tomado de La Prensa Gráfica.

 

Miembros del COENA van y miembros del COENA vienen, sin mayores explicaciones. Pero lo que es claro es que el caos y el desorden es lo que predomina. Lo cierto es que la afamada renovación y modernización del partido de que tanto se habló parece haber quedado en el olvido. Los dirigentes son los mismos, los apellidos también, los únicos rostros nuevos son todavía muy verdes para poder aportar algo útil.

Hasta se dice con mucha insistencia que para la contienda electoral de 2014, ARENA ya tiene una persona “ungida” para su candidatura presidencial. Si eso es cierto, sin menospreciar las virtudes de la persona, sería evidente que ARENA no ha aprendido las lecciones que le dejó 2009.

En vez de mirar hacia el futuro, ARENA quiere apostarle al pasado. Muchos de sus voceros han dicho públicamente, y sin sonrojo alguno, que se debe regresar a sus raíces, sin entender que dichas raíces ya se pudrieron. Los símbolos del otrora partido de gobierno, así como sus estatutos, ideas, discurso y muchas de sus propuestas, ya son anacrónicos.

ARENA debe reinventarse, ¡ya! Solo así podrá presentarse al electorado de nuevo como una opción fresca y viable, que le haga una oposición férrea al “Socialismo del Siglo XXI” que, con tanta insistencia y recursos, Hugo Chávez ha planificado para El Salvador.

La solución a los problemas de ARENA está en el futuro, no en el pasado. Esa solución pasa obligadamente por abrazar la democracia interna para la toma de decisiones. El futuro exige la modernización de las instituciones políticas, y eso significa modernizar las ideas y las normas estatutarias del partido.

En ese orden, ARENA debe definir cuanto antes qué es y qué representa como partido político. Insistir en ser “anticomunista” y pro “sistema de libertades” solo denota la carencia de ideas y la ausencia de visión que corroe la raison ‘être del ex partido oficial.

ARENA ya pasó por el proceso obligado de extirpar el cáncer que carcomía sus entrañas. Ese padecimiento había relegado al partido a perseguir objetivos e intereses personales y obscuros, que reñían con los intereses propios de un partido político que pretendía hacer historia de nuevo en las presidenciales del año anterior.

Por eso el partido tricolor debe reconocer la imperiosa necesidad de evitar la gran tentación de repartir el colectivo de derecha, tal cual un pastel, en pedazos que promuevan los intereses particulares de sus caciques de antaño. Además, los areneros deben entender, so pena de continuar su racha perdedora, que deben cambiar la manera como la población percibe a su partido.

ARENA debe rescatar las cosas que otros gobiernos areneros hicieron bien, y lo que el actual gobierno hace para avanzar el bien común. Eso le permitiría a ARENA diseñar una oferta electoral y un discurso político que responda a las grandes aspiraciones y necesidades de la población. Así actúan hoy los partidos políticos de derecha moderna.

Todavía hay tiempo, pero no mucho. Los rumores hace meses de un ambicioso proyecto de modernización del partido parecen haber sido una llamarada de tusa más. Si ARENA no cambia, y pronto, el principal partido de la derecha salvadoreña podría estar preparando sus próximas derrotas electorales.

ARENA debe reinventarse, ¡ya!