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2010/05/15

Contra Punto-El asesinato de Roque Dalton

 Beatriz Cortez.15 de Mayo. Tomado de Contra Punto.

Su memoria sigue siendo utilizada, tanto por sus asesinos físicos como por quienes han secuestrado nuestro derecho a la verdad

SAN SALVADOR-Como sabemos, los asesinatos no concluyen con la desaparición física de las víctimas. Siguen con la difamación de su carácter, con la apropiación de los despojos de la víctima, con la manipulación de su memoria. Al leer las declaraciones de Jorge Meléndez, también conocido como Jonás (“yo estuve allí y yo sé lo que pasó”), me doy cuenta de que el asesinato de Roque Dalton no ha concluido, que sigue.
En el comunicado emitido por quienes asesinaron a Dalton pocos días después del crimen, se leía que “el Ejército Revolucionario del Pueblo, E.R.P. acaba de salir victorioso de uno de los ataques más peligrosos que lanza la tiranía del imperialismo”. En la actualidad, Jorge Meléndez todavía declara: “En ese proceso del ERP con mucho orgullo yo soy partícipe”. Y en un esfuerzo por diluir su responsabilidad en el asesinato de Dalton, argumenta que “entre uno de los episodios del ERP está un episodio que, entre otras cosas, [culmina] con la muerte de Roque Dalton, de eso, somos actores todos los miembros de aquel entonces del ERP y yo fui un miembro del ERP con mucho orgullo. Todo lo bueno, lo malo, todo que se hizo somos responsables”.
El intento de Jorge Meléndez de culpar a todo el ERP por el asesinato de Dalton es una verdadera ofensa porque el ERP de entonces estaba también formado por muchos combatientes comprometidos que jamás fueron informados de lo que había transpirado, ni antes ni después, y estos combatientes incluían a Dalton y a otras futuras víctimas, como Lil Milagro Ramírez. Sin embargo, del actual proceso de búsqueda de la verdad que ha iniciado la familia Dalton el ERP sí saldrá victorioso, pues como lo señala Juan José Dalton, “nuestro esfuerzo ayudará a lavar la mancha ingrata que los asesinos de Roque incrustaron en el alma del heróico ERP”.
El Presidente Mauricio Funes, por su parte, es partícipe del proceso de apropiación de la memoria de Roque Dalton. Lo dice abiertamente: “cuantas veces yo deba utilizar fragmentos del poeta Roque Dalton en mi discurso lo voy a hacer porque es patrimonio de mi país y es una manera de reivindicar su nombre”. Más allá de la arrogancia que representa que alguien considere el simple acto de utilizar el nombre de otra persona para sus propios propósitos como una forma de reivindicarlo, me parece importante considerar esa propuesta de que “Roque Dalton ya no es de los hijos ni de la viuda” como dice el Presidente Funes, que el poeta ha pasado a ser “Patrimonio Nacional”.

Patria idéntica a vos misma
pasan los años y no rejuvenecés
deberían dar premios de resistencia por ser salvadoreño

Se trata de un delicado problema de ética. No podemos “nacionalizar” a Roque Dalton cuando Roque Dalton, a nivel personal, le pertenece y le va a pertenecer siempre a su familia y Roque Dalton, como poeta, y su legado, le pertenecen al pueblo salvadoreño por el que él luchó, al que él escribió su poesía. Pero no le pertenece al Estado, no está bajo decreto del Estado, no es propiedad del Estado. Hay una diferencia enorme entre ser patrimonio nacional y ser parte de la conciencia cultural de un pueblo, como es el caso de Monseñor Romero y de Roque Dalton.
Yo volveré  yo volveré
no a llevarte la paz sino el ojo del lince
el olfato del podenco
amor mío con himno nacional
voraz
ya le comiste el cadáver de don Francisco Morazán a Honduras
y hoy te querés comer a Honduras

Dalton escribió en uno de sus más conocidos versos: “Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre / porque se detendría la muerte y el reposo”. Pero no lo escucharon, porque su nombre sigue siendo utilizado por quienes no deberían pronunciarlo. “Cada vez que se habla de Roque Dalton, siento mucho orgullo de Roque Dalton” dijo Jorge Meléndez a la prensa recientemente. Y cada vez que pronuncia su nombre se detiene la muerte y el reposo del poeta.
La memoria de Roque Dalton sigue siendo utilizada por quienes lo han matado, tanto físicamente como por quienes han secuestrado nuestro derecho a la verdad. “No pronuncies mi nombre cuando sepas que he muerto: / desde la oscura tierra vendría por tu voz”. Y aquí está. En la demanda de una familia que ha sufrido la pérdida en privado por 35 años, pero también en el pueblo salvadoreño que acuerpa a la familia y que es también legítimo heredero de Roque Dalton. En efecto, Roque Dalton sigue luchando desde más allá de la tumba que aún no tiene. Y por no tener esa tumba, tiene altares y flores y versos que proliferan por todos lados, en el corazón, en las casas, en la vida cotidiana del pueblo al que él le dejó en herencia un mapa de certezas escritas en versos.
Nos dijo, por ejemplo, por qué escribir. Porque vivimos en una realidad dura, porque la vida es breve, porque somos parte de un proceso donde se fija nuestra historia, porque el futuro es inmenso: “vendrán nuevos hombres/ pidiendo panoramas.//Preguntarán qué fuimos,/ quiénes con llamas puras les antecedieron,/ a quiénes maldecir con el recuerdo.// Bien./ Eso hacemos:/ custodiamos para ellos el tiempo que nos toca”.
Nos dijo, por ejemplo, cómo construir la paz. La paz no se construye dejando las armas en manos enemigas, es decir, siendo víctimas perennes. Todo lo contrario, la paz se construye sólo ante la certeza de que el tiempo de ser víctimas de la violencia ha terminado. El poeta lo dijo claramente: “Nos robaremos todos los fusiles, apresuradamente”, “Tendremos todos los fusiles, alborozadamente”, “caminaremos hasta los sembradíos/ y enterraremos esperanzadamente/ a todos los fusiles,/ para que una raíz de pólvora haga estallar en mariposas/ sus tallos minerales/ en una primavera futural y altiva/ repleta de palomas”.
Bien. Eso es lo que hacemos. Luchar con la palabra para ya no ser víctimas de la impunidad y para construir la paz y el futuro que soñamos. Feliz cumpleaños Roque Dalton.

El asesinato de Roque Dalton

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