Editorial.14 de Mayo. Tomado de Diario Co Latino.
Pretender que la renuncia de algún funcionario de gobierno no puede causar temores o ansias en algunos sectores, es no tener claro el pulso político de las sociedades.
Tampoco hay que pensar que la misma pueda generar crisis en un gobierno, pues, las instituciones no dependen únicamente de una persona.
Eso es lo que está sucediendo con la renuncia del ex ministro de Agricultura y Ganadería, Manuel Sevilla, quien, al anunciar su salida irrevocable del gobierno hizo serias acusaciones contra la Casa Presidencial.
Es cierto que quien se va, bien por una decisión personal, bien porque ha sido despedido, siempre lleva un cierto resentimiento que lo puede descargar públicamente, como lo hizo el ministro, o llevárselo consigo, como lo harían otros.
Y cuando se dan esas declaraciones se corre el riesgo de que la ciudadanía tenga que valorar lo que dicen las partes, en este caso el funcionario cesado por su propia voluntad, y la Presidencia de la República.
Unos apoyarán al Presidente, como ha ocurrido, y otros al ex ministro. Todo esto es normal.
Ahora, bien, donde se debe centrar la atención es en el futuro. En primer lugar, en el nuevo ministro que el Presidente debe juramentar, que no sólo debe concluir o mejorar el trabajo del antecesor, sino, el de generar confianza en los que apoyaron al anterior funcionario.
Pero, lo más importante, poner en marcha aquellos programas que son claves para que en este país se concreten los cambios necesarios para reactivar la agricultura y la ganadería.
Quizá habría que ponerle mucha mas atención a la parte de la agricultura, porque de eso depende, además, perfilar e ir concretando una verdadera política alimenticia.
Hasta hoy, debido al modelo neoliberal, todo se fijó en el consumo, de ahí que hasta las verduras se han tenido que importar, no digamos el frijol y el maíz, todavía alimentos básicos en la cultural e histórica alimentación de los y las salvadoreñas.
Por supuesto, es necesario que Casa Presidencial reflexione algunas de las críticas, si no es que todas, y hacer los reajustes, si ese es el caso.
Lo recomendable es, que a las cosas que se han hecho bien se les dé continuidad, y que el nuevo ministro logre cumplir las políticas agrarias que están contempladas, primero, en el programa de gobierno, y ahora en el plan quinquenal, dando prioridad, por supuesto, a la política agraria que permita la seguridad alimentaria, que no dudamos, siguen siendo los grandes compromisos de Casa Presidencial y el partido FMLN.
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