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2010/04/15

LPG-Viene ahora la decisión legislativa sobre más préstamos

A la Asamblea le toca, ahora mismo, ser a la vez comprensiva, responsable y exigente. Apoyar al Ejecutivo, sí, pero con las debidas garantías de eficiencia y sostenibilidad.

Escrito por Editorial.15 de Abril. Tomado de la Prensa Grafica. 

Como fue anunciado con bastante anticipación, han comenzado a llegar a la Asamblea Legislativa peticiones del Ejecutivo para emprender la ruta aprobatoria de más préstamos internacionales, a fin de desarrollar proyectos gubernamentales y apuntalar el Presupuesto ordinario. Esta primera petición abarca 6 préstamos del Banco Mundial, del BID y del BCIE, por 531.7 millones de dólares. Y se anuncia una segunda petición para 9 préstamos, en los tres meses próximos. En conjunto, estamos hablando de más de 900 millones. Y esto será de seguro sólo el comienzo, ya que no se ve por dónde puedan ingresar otros fondos verdaderamente sustanciales a las arcas públicas, ya que la recuperación económica se está presentando cuesta arriba y el propuesto Pacto Fiscal no podría ser muy sustantivo, si se da en tales circunstancias.

Aquí hay, desde luego, y evidentemente, un choque inevitable de realidades: por una parte, la necesidad notoria que tiene el Gobierno de contar con fondos siquiera medianamente suficientes para ejecutar sus proyectos; y por otra las consideraciones realistas sobre el peligroso nivel de endeudamiento al que vamos llegando, con serias dificultades para honrar la deuda y con las graves limitaciones que esto trae para el inevitable endeudamiento futuro. Hay que medir todos los factores con la más fina responsabilidad, para no llegar a ningún callejón sin salida, como ha ocurrido en países mucho más desarrollados que el nuestro.

A la Asamblea le toca, ahora mismo, ser a la vez comprensiva, responsable y exigente. Apoyar al Ejecutivo, sí, pero con las debidas garantías de eficiencia y sostenibilidad.

Política de endeudamiento

En el país ha faltado una política de endeudamiento público, que evite la peligrosa práctica de improvisar a medida que las urgencias se ponen de manifiesto. En Gobiernos anteriores, se acudió a soluciones ingeniosas pero insostenibles en el tiempo, y además de constitucionalidad dudosa, como fueron los famosos fideicomisos, aparte de que se hizo uso alegre de los letes. Un país que tiene tantos desajustes estructurales como el nuestro debe ser especialmente cuidadoso con las obligaciones financieras que asume, no sólo para no llegar a encontrarse con el agua al cuello por amenaza de insolvencia, sino también para dejar márgenes suficientes que permitan atender necesidades posteriores.

Para estructurar una política de endeudamiento que tenga dos características básicas: racionalidad y responsabilidad, es indispensable basarla en un entendimiento nacional, que haga notorio aquello en lo que se va a invertir, cómo se va a hacerlo y con qué recursos disponibles para cubrir en el debido tiempo lo adeudado. Es decir, se requiere en este tema una política que merezca el nombre de tal. Ya no podemos seguir “a salto de mata”, como ha sido hasta la fecha.

Eso implica una acuerdo nacional que parte de una visión clara sobre el desarrollo que queremos impulsar como sociedad. No es cuestión que sólo se refiere al financiamiento de programas gubernamentales específicos: es un reto ordenador que a todos nos atañe y a todos debe comprometernos, en nuestras respectivas esferas de interés y de actividad.

Viene ahora la decisión legislativa sobre más préstamos

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