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2010/04/18

EDH-Varias cuestiones sobre la transparencia

 Escrito por Ricardo Chacón. 18 de Abril. Tomado de El Diario de Hoy.

Durante años, unos y otros hemos hablado y debatido sobre la necesidad de una ley de acceso a la información, que garantice el conocimiento de la población de la información que se genera en las instancias públicas.

Ahora resulta que los nuevos funcionarios que dicen estar en sus cargos para defender la transparencia del gobierno actual, y que anteriormente eran partidarios de los proyectos ya consensuados, han reactivado el proceso de consulta para "enriquecer" la ya discutida por años ley de la información.

Lo divertido del caso, porque no se puede calificar de otra manera, es que el nuevo proceso de "consulta" es tan pobre que lo único de nuevo que se le podría reconocer es la "pensada" de técnicos o consultores que, a cambio de varios miles de dólares, antepondrán "algún interés particular del Estado". Esto vendría a garantizar que la ley no cumpla cabalmente su cometido de que los salvadoreños tengamos acceso a la información que nos interesa.

Y es que una ley de este tipo lo menos que necesita son grandes elucubraciones teóricas, burocratismo elefantiásico, que entorpezcan las cosas y, que a la postre, impedirán que la información pública, la gestión pública, se expongan a los rayos del sol.

Una legislación que garantice el derecho de la gente a acceder a este tipo de información requiere al menos de tres condiciones: una, el convencimiento intelectual de que la gestión de funcionarios, y la información que de ella se genera, pueden y deben ser conocidas por la población cuando esta lo requiera; dos, la decisión política de que todo aquello que sea de interés público, y su información, debe salir a la luz cuando así lo exijan los ciudadanos, y tres, una práctica pública honesta, capaz de ser expuesta ante la opinión pública sin ninguna cortapisa.

De base, y esto es lo fundamental, se trata de hacer una gestión gubernamental eficiente y con decencia.

Instituciones fuertes, como suelen poseer las democracias maduras, no dudan en garantizar los procesos de transparencia; en ningún momento a un juez, como está ocurriendo actualmente en España con el llamado caso Gurtel, le ha temblado la mano, no sólo para llevar al banquillo a este funcionario sino también a toda la red a su alrededor; lo mismo sucede con el famoso superjuez Garzón ahora vinculado a un complejo caso en el que, incluso, se habla de prevaricato.

Dicho de otra manera, se trata de instituciones fuertes y sólidas, acompañadas de convicciones claras sobre el quehacer probo, al parecer dos prácticas que poco o nunca se llevan a cabo en el ejercicio público salvadoreño.

Las instituciones que deberían garantizar la transparencia son débiles, caminan a paso de tortuga, no tienen dientes y cuando se deciden a actuar, aparecen las presiones políticas.

La convicción para actuar de cara al sol tampoco suele ser característica esencial del funcionario que, luego de ser absorbido por la burbuja del poder, comienza a actuar bajo los lineamientos del secreto y de la interioridad. Con frecuencia se escucha que las reuniones de funcionarios, en las que se tratan asuntos de interés público, se denominan "privadas". ¡Qué contrasentido!

Cuestiones tan elementales como un proyecto de ley, la decisión ante una coyuntura específica, los viajes de un funcionario son ahora guardados en las cajas de máxima seguridad del Estado.

Un paso hacia adelante en transparencia supone la aprobación, cuanto antes, de una ley de acceso a la información. No sólo se beneficiarán los periodistas sino también la totalidad de la población.

elsalvador.com :.: Varias cuestiones sobre la transparencia

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