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2010/04/08

Contra Punto-Similitudes y diferencias históricas en El Salvador

Escrito por Mauricio Alarcón. 09 de Abril. Tomado de ContraPunto.

Similitudes entre el efímero gobierno democrático de Arturo Araujo y el actual gobierno de izquierda de Funes

WASHINGTON

- Buscando en lo más reciente de la historia salvadoreña, encontramos muy pocos ejemplos para predecir la dirección, intensidad y extensión del gobierno de Carlos Mauricio Funes. El único caso que se le parece no reporta un buen augurio, aunque El Salvador de ahora es otro. Arturo Araujo, quien en 1931 ganó la presidencia por el buen trato a sus trabajadores y su endorse del Mínimum Vital propuesto por Alberto Masferrer, duró lo que dura el embarazo de una mujer, al ser depuesto por su vicepresidente y ministro de guerra Maximiliano Hernández Martínez.

Quizás en esta resemblanza se basó Alfredo Cristiani para augurar que “ardería Troya” en El Salvador, en un intento por emascular la gestión de Funes desde sus inicios. Esos comentarios y el sorpresivo golpe de estado en Honduras no dejan de hacer a un presidente volver la vista atrás y ver, qué o quién lo viene siguiendo.

Tanto la presión política como la situación económica que recibió a la administración Funes se asemejan mucho a la realidad que encontró Arturo Araujo a su llegada a la presidencia. En 1931 el erario público de El Salvador no alcanzaba ni para pagar a su propios funcionarios, en el momento en que Estados Unidos, su aliado estratégico para el desarrollo atravesaba una depresión económica sin precedentes. Al igual que Araujo, Funes encontró las arcas públicas vaciadas.

La oligarquía local de los años treinta no confiaba en Araujo, a pesar de ser su alternativa pacífica contra la insurgencia popular y de haber obtenido más del 46% de los votos en su elección. En estos días, los nuevos grupos de poder económico tampoco apoyan a Funes. Tanto en los meses de Araujo como en los que lleva Funes, El Salvador ha vivido un ambiente de violencia y sólo ha contado con una institución armada para combatirla, el ejército. Las fuerzas armadas de aquel entonces eran tan amigas de Araujo como lo son de Funes en este momento.

Habiendo tantas similitudes entre un presidente depuesto por un golpe de estado y el reciente presidente electo por los salvadoreños, uno se pregunta si tendrá la derecha la capacidad de configurar un momento propicio para un regreso al pasado. Y la pregunta es capacidad, porque ganas les sobran, especialmente en la situación caótica que los ha dejado su ultima escisión. Es allí donde hay que analizar más profundo y ponerle atención a las diferencias de los elementos políticos y el momento en que vivimos con los de aquel entonces cuando se eligió y depuso al ingeniero Arturo Araujo.

Ambos presidentes se mostraron a favor del pueblo antes de convertirse en candidatos a la presidencia. Al igual que Araujo, Funes ha sido electo por su calidad humana y por su habilidad intelectual, sobre todo su elocuencia. Arturo Araujo se identificó con las mayorías proporcionando buenos salarios a los trabajadores y Funes defendió a través del periodismo los intereses de las mayorías. La diferencia entre ambos líderes estriba en su procedencia política y el potencial de sus alianzas nacionales e internacionales.

A diferencia de Arturo Araujo quien ganó las elecciones en contra de la izquierda, Mauricio Funes llega a la presidencia propuesto y apoyado por el único partido de izquierda que se conoce en El Salvador. Además de haber sido electo con el apoyo de votantes de la zona oriental del país, que nunca habían apoyado a candidatos de izquierda, el actual presidente llega al poder con la venia y de la mayoría de sectores sociales y organismos colegiados del país, incluyendo parte del empresarial.

A nivel internacional, Araujo llego al poder en el umbral de las dictaduras fascistas, que no le prometían ningún apoyo a su programa Masferreriano. Funes en cambio, llega al poder bajo un cortejo de potenciales aliados sin precedentes para implementar la filosofía de Monseñor Romero que ha identificado como su guía. Tanto al interior como ante los ojos del mundo Mauricio Funes es la mejor alternativa. Tanto Estados Unidos, como la mayoría de países centro y sur americanos lo consideran su potencial aliado y lo perciben amigable a sus propias perspectivas políticas.

El actual gobierno de El Salvador es acogido tanto por Brasil y los gobiernos del cono sur, como por Venezuela y Estados Unidos, a pesar de diferir estas fuerzas entre si en su actual protagonismo global. Incluso China y la India esperan con entusiasmo establecer y fortalecer relaciones comerciales con El Salvador.

Si bien 1931 y el 2009 han sido años de crisis económica mundial, Carlos Mauricio Funes llega a la presidencia de la republica de El Salvador en el mejor momento político de la historia de este pequeño país. Tanto el estatismo bajo el cual gobernó el Partido de Conciliación Nacional (PCN), como el neoliberalismo bajo el que gobernó ARENA han demostrado no ser la solución de la pobreza y sus problemas en el país. Por lo tanto, el presidente Funes debe seguir adelante con la “transfiguración social” que es uno de los pilares del pensamiento de Monseñor Romero. Pero hay que tener en mente lo que asevera Paulo Coelho, en El Alquimista, que “cuando tú quieres algo, el universo entero conspira en ayudarte a que lo logres.”

Similitudes y diferencias históricas en El Salvador

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