Escrito por Nelson López. 14 de Abril. Tomado de Diario Co Latino.
El caso es que ya estamos claro que el palito de pisto es precisamente lo que antes fue la Dirección General de Tránsito, que siempre fue algo así como el S.O.S. de los militares que necesitaban plata sin tanto lío ni fiadores, o más bien era parte del refugio de todos aquellos que hicieron célebre la frase:
¡A mí no me den dinero! ¡Solo póngame donde haya!
Y eso fue tan pero tan popular que mucha gente se admiraba de cómo era la corrupción de elevada en un país tan pequeño y tan empobrecido. Bueno se llegó al colmo que mucha gente creaba chistes a granel que trataban el tema de la corrupción con gran originalidad y no tengamos duda de que si los chistes fueran aceptados para premios en juegos florales o algo por el estilo, más de algún salvadoreño habría ganado buena plata. Por cierto, aquí les va uno que pegó a principios del siglo o del milenio, y que el inventor le puso DOLOR NACIONAL. Que quede claro que es un chiste o sea parte del folkclor nacional, algo que deberíamos entender sin prejuicios.
Aquí va el chascarrillo: la cuestión es que muere Paquito, el ex presidente, y por piedad de Dios es llevado hasta el purgatorio. Allí lo reciben y comienzan a tomarle los datos. Una vez completado el formulario, lo ponen en espera en una sala llena de relojes.
Cada reloj tiene el nombre de un país diferente. Todos funcionan a distinto tiempo. Paquito se intriga y le pregunta a un angelito que anda por la sala:
- Disculpa, querido. Yo estaba observando los relojes y me he dado cuenta que algunos andan despacito y otros van rápido. ¿A que se debe esa diferencia horaria?
El angelito sonríe y le responde:
- Mira, Hermanito, con estos relojes Dios mide la corrupción del mundo.
Por ejemplo, mira aquel de arriba de todos, pertenece a Suiza. ¿Ves lo lentas que se mueven sus agujas? Es porque en Suiza no hay corrupción.
Ahora mira aquellos de más abajo. Ese es el de Colombia, ese otro de Chile, allí está el de México, etc., etc. Sus agujas giran rápidamente por la gran corrupción que hay en esos países.
Paquito se queda mirando y ve cómo giran lentas las agujas de Inglaterra, Francia, Finlandia y otros tantos países. Pero nota con asombro que El Salvador no tiene reloj.
Entonces, sorprendido le pregunta al angelito:
- Querido hermano, he notado que mi país El Salvador no tiene reloj. Evidentemente, en mi país no hay corrupción! Eso me llena de gozo y alegría!!
Y el ángel le responde:
- No... Paquito, el de El Salvador está allá arriba... y lo usamos como ventilador de techo!!!
*ocurrencias@diariocolatino.com
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