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2010/02/10

EDH-De quinientos dólares se salta a cien millones

Los periodistas y los medios de difusión han sido particularmente vulnerables a los secuestros legales, en los que la alternativa es pagar el rescate o ir a la cárcel

Editorial. 10 de Febrero. Tomado de El Diario de Hoy.

Las demandas judiciales de hoy en día no pierden tiempo en frivolidades; mientras hay aquí jueces que consideran normal que el padre del muchacho que murió atropellado acepte quinientos dólares del culpable, abundan sinvergüenzas que plantean demandas de cincuenta, cien o doscientos millones de dólares. No pasará mucho tiempo antes de que se presente una demanda por un billón de dólares.

Más de un juez, puede pensarse, creerá que cuando el pícaro gane el juicio al banco o la gran empresa, "algo habrá para su digna persona". Los montos astronómicos de esas demandas permiten a quienes las interponen prodigar felicidad a diestro y sobre todo, a siniestro.

Es que en este país, el honor es lo más preciado, lo que la gente cuida al máximo. Y si el honor se lastima, pues a sacarle los ojos al culpable. Se exige la libra de carne como el Mercader de Venecia de Shakespeare.

Libras de carne es lo que ahora se fija como monto para conciliar una demanda. El buen juez actúa como intermediario: o el acusado paga para "conciliar", o va a la cárcel. Y nadie ignora lo que un mafioso puede mover dentro de las cárceles con el botín que recoge por obra de la "conciliación".

Tal vez somos alcanzativos, sin duda por vivir en un país donde hasta padres de la patria están en venta.

Los periodistas y los medios de difusión han sido particularmente vulnerables a los secuestros legales, en los que la alternativa es pagar el rescate o ir a la cárcel. Que una radiodifusora o una publicación sean demandadas por lo que otros escribieron y firmaron, no viene al caso: los jueces deben privilegiar la defensa del honor, de cualquier honor, del honor de cualquiera, sobre una libertad que es fundamento de la democracia y que tutela y protege todas las otras libertades de los ciudadanos.

¿No ve lo lastimado que estoy, señor juez?

Hay que interpolar en el futuro las consecuencias que tendrán sobre la inversión, el empleo y el bienestar de los salvadoreños, el que sea práctica normal dar curso en los tribunales a demandas astronómicas.

¿Qué empresa, consorcio internacional, o inclusive grupo salvadoreño, querrá seguir invirtiendo en un país donde se plantean demandas por encima de la totalidad de su patrimonio? Y lo más repugnante, que esas demandas sean admitidas y se les dé curso en los tribunales.

Hay individuos que han hecho fortuna demandando, como debe de haber jueces que también han hecho fortuna al mismo tiempo.

¿Encuentra normal el Consejo Nacional de la Judicatura que se tramiten, sin más ni más, demandas que llevarían a la ruina o a la muerte a personas y empresas? ¿Se ha considerado el efecto que una resolución puede tener sobre el futuro laboral de las personas que están empleadas en las empresas demandadas?

¿Por qué es que hay procesos vivos contra bancos por decenas y centenas de millones? Ya lo aclaró Willy Sutton, un famoso asaltador de bancos cuando le preguntaron sus motivaciones: "porque allí está el dinero".

No hay día en que asesinos y asaltantes no sean sobreseídos por falta de pruebas o porque estas son insuficientes. O porque le hicieron llegar al juez una foto de sus niñitos yendo al colegio. Si se trata del honor, ¿cuál es la prueba? "¿No ve señor juez la angustia en mi rostro?"

elsalvador.com :.: De quinientos dólares se salta a cien millones

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