Profesionales universitarios ven futuro incierto en el campo laboral

El panorama actual para quienes un día decidieron cursar una carrera universitaria con la esperanza de convertirse en profesionales y mejorar sus condiciones de vida no es alentador. La crisis económica y el cierre masivo de puestos de trabajo están obligando a muchos a retroceder en el camino que ya habían avanzado. La OIT augura que, a escala mundial, el desempleo podría durar entre seis y ocho años.

Escrito por Diana Escalante. Domingo 12 de Julio de 2009. Publicado por La Pagina.

Elena y Vanessa (nombres ficticios) son dos mujeres que aunque no se conocen poseen mucho en común. Ambas tienen 27 años y se graduaron de la misma universidad, el mismo año.  La primera es doctora en medicina general y la otra periodista. Las dos se encuentran desempleadas y ya perdieron la cuenta de las veces que han aplicado a una oferta de trabajo sin que, hasta la fecha, hayan tenido éxito.

Vanessa asegura que tiene varios conocidos en los medios de comunicación. Fue a través de uno de esos “contactos” que meses atrás ingresó a un medio impreso a realizar una pasantía no remunerada en la que únicamente estuvo cerca de tres meses. Ella cuenta que aceptó ser pasante porque quería experimentar cómo era el ejercicio de informar ya en la práctica. Pero también lo hizo con la esperanza de que en la empresa hubiese una plaza disponible, pero no fue así.  

La profesional tuvo que “renunciar” a su trabajo antes de cumplir los tres meses. Ello porque los gastos de transporte y alimentación los cubría con el dinero que le daba su madre. Sin embargo, el negocio propio que posee la señora ha dejado de ser rentable en los últimos meses, por lo que se le dificulta seguir ayudándole a su hija.

Elena, en cambio, posee un título que la acredita como doctora pero nunca ha ejercido la carrera. Hasta hace unos meses se desempeñaba como teleoperadora para una compañía multinacional. Para su mala suerte, la empresa hizo un recorte de personal argumentando falta de liquidez por la crisis económica.

Ella junto a una docena de compañeros pasaron a engrosar la cifra de desempleados que desde el año pasado se viene incrementando en El Salvador. Aunque se sabe que instituciones bancarias; maquilas; medios de comunicación; almacenes, empresas de teleservicios; fábricas de productos alimenticios; instituciones gubernamentales y otras han cesado a varios empleados ninguna cartera estatal –ni del anterior Gobierno de ARENA, ni del vigente, liderado por Mauricio Funes- ha hecho pública la cifra real de despedidos.

El panorama actual para quienes un día decidieron cursar una carrera universitaria con la esperanza de convertirse en profesionales y mejorar sus condiciones de vida no es nada alentador. La crisis económica y el cierre masivo de puestos de trabajo están obligando a muchos a retroceder en el camino que ya habían avanzado.

Alberto (nombre ficticio) es un ejemplo de ello. Él a sus 31 años, y con una licenciatura en contaduría pública que lo respalda, trabajaba de hacer consultorías para una organización no gubernamental en donde recibía un buen salario.

En los dos años y medio que trabajó para el organismo logró obtener un financiamiento para comprar una casa. Sin embargo, su deseo de vivir en independencia se terminó tras su reciente despido. Ahora ha debido regresar al hogar de sus padres, por no tener solvencia económica para seguir pagando el inmueble.  

La única alternativa que le está quedando a la mayoría de profesionales salvadoreños es sumarse a las personas que se dedican al subempleo. “Por la necesidad económica o por hacer algo en la vida hacés lo que sea con  tal  de no sentirte mal por no tener un trabajo”, asegura Raquel Espinoza. Ella es una joven que, hace un mes, se graduó de comunicadora social y  actualmente trabaja en un call center atendiendo llamadas de usuarios de una compañía telefónica.  

Para Alberto y Raquel la promesa hecha por el presidente Mauricio Funes de crear 100 mil puestos de trabajo en 18 meses no les genera mucha esperanza. Esto porque, según ellos, en esas nuevas plazas no habrá espacio para los profesionales universitarios; aunque “en el fondo quisieran que fuera así”, aseguran.

A juicio de los entrevistados, El Salvador –al igual que otros países- está atravesando tiempos difíciles. Sin embargo, son de la idea de que todos los sectores de la sociedad deben unirse y armarse de paciencia, hasta donde se pueda, para poder hacerle frente a la crisis.

“Paciencia”, en este contexto, probablemente sea la palabra clave, ya que la organización Mundial del Trabajo (OIT) realizó en Ginebra, entre el 15 y 17 de junio pasado, una Cumbre sobre la Crisis Mundial del Empleo. En el encuentro el director general del organismo, Juan Somavia, hizo notar que aun si la recuperación económica a nivel mundial comienza a notarse este o el próximo año, la crisis del empleo podría durar entre seis y ocho años.